Sala_de_Tiziano_en_el_Museo_del_Prado

Historias de Plutón /
José A. Secas

A menudo se me olvida que mi llegada aquí (Semanario Avuelapluma) implicaba, a priori, hablar sobre cuestiones culturales y he terminado convirtiendo a esta colaboración quincenal en un confesionario, estrado, vertedero, espejo, pañuelo, altavoz y no sé cuántas cosas más relativas a mi mismo, a mi propio mecanismo, a mis circunstancias, a mi yo y a mis otros yoes. Es por esto por lo que me voy a centrar un poco en lo que se supone que debo focalizarme, no sin antes advertir que el asunto cultural, ahorita mismo, me resbala; tengo otras cosas más importantes de las que ocuparme. Es una pena que haya llegado a una conclusión tan deplorable siendo, como soy, un optimista. Será que estoy de vuelta de un bajonazo y no veo la botella tan llena como otras veces. A lo mejor con un oculista u oftalmólogo, lo arreglo.

Decía que la cultura es tan necesaria, tan importante, tan olvidada, tan denostada, tan cuestionada, tan vívida, tan vivida, tan tan tan que no tengo por dónde cogerla. Si miro a una parte del todo (de la cultura) puedo crear y hacer arte, puedo ser público, puedo criticar e incluso puedo olvidarme de que existe (la cultura) y, en todos los casos, me estoy comportando “culturalmente” en relación con mi tiempo y mi espacio. Me puedo sentir ignorante, excluido y rebelde o agente, voz y esencia (todo con respecto a la cultura) y aunque me empeñe (sin conseguirlo) en pasar de ella, me veo en ella inmerso. Si, acercándome a esa parte del todo cultural, me pongo a “sacar punta” a observar y a exponerme, a estudiar o a tratar de ser inmune al entorno, no hago otra cosa que ser y estar en la cultura y, si trato de abarcarla en su totalidad, me pongo filosófico pesado y no llego a ninguna parte (como casi siempre).

Concluyendo: bajo mi humilde -pura ignorancia- punto de vista, la cultura es parte de la vida (con todo lo que eso supone) y solo me cabe reflexionar sobre aspectos o manifestaciones culturales debido a mi incapacidad para pensar a lo bestia. Eso se lo dejo a los que tengan mentalidad filosófica pura (no de “tres al cuarto”, como yo), unas cuantas horas para leer e investigar y unos cuantos folios para rellenar. Debido a la crisis y a la escasez (en todos los sentidos) voy obviar esta tan magna empresa y voy al detalle en plan retador tocapelotítico: ¿qué libro estás leyendo?, ¿cuándo fuiste la última vez al cine?, ¿y al teatro?, ¿recuerdas la última exposición que has visitado?, ¿y el último museo?, ¿cuánto tiempo hace que no vas a uno?, ¿has escuchado un disco del tirón últimamente?, ¿has estado en un concierto (de algo) el último fin de semana (o mes o trimestre)?, ¿has mirado tu rica y monumental ciudad (Cáceres) con ojos de turista alguna vez?… Bueno; nadie es perfecto. No te preocupes. Es cosa de la cultura de estos tiempos. Mira el móvil, seguro que hay algo interesante (o al menos entretenido), ¿que no?

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