compromiso-social

La Bruja CIRCE /

Compromiso es una palabra que asusta y que muchas veces la relacionamos con la pareja. Es cierto que una de las asociaciones mas importantes, la de la familia, se basa mas en el compromiso que en cualquier otra cosa, pero el compromiso abarca a todos los campos, desde los más sencillos, que incluyen a personas que continuamente se quejan sin sentido de que los demás les hacen trabajos o les impiden, de forma física o emocional, llegar a una meta cuando son ellos —por falta de compromiso o errores en sus acciones— los que recogen lo que siembran; hasta el mundo de los dirigentes, que encubren sus fallas ante si mismos y se llenan de los halagos de los demás como si fuesen dioses, en lugar de ser administradores elegidos y contratados a través de los votos, no para imponer sino para gestionar, honesta y eficazmente los recursos del pueblo que les confía ese trabajo.

También entre ellos los hay que se quejan y se quejan de las zancadillas o de la oposición y las protestas. Ya veis que es un mal que afecta desde los que están mas vulnerables hasta los que dominan la pirámide y, claro está, tenemos que estar muy atentos en no caer en ello. ¿Y cómo podemos hacerlo? Yo solo conozco una forma de comprometerse con las cosas que hacemos o las que deseamos, poniendo todo el empeño, el trabajo y el esfuerzo y preparándonos para aquellas oportunidades que nos depare el año. Y la responsabilidad, cada acción, tiene una reacción. Tontería es pensar que otros nos impiden llegar a la meta cuando estamos sentados y no nos movemos, o que nos echan mal de ojo, cuando en realidad para eso seria necesario que alguien emplease toda su intención en nosotros, es de ser muy prepotente.

Pongo como ejemplo el trabajo, todo lo que hagamos bien, con responsabilidad y dedicándole todo el interés, incluso si no es notado o agradecido, repercute beneficiosamente en nuestro karma, nos hace mas hábiles, facilita las cosas, favorece la relación con los compañeros y crea riqueza, aunque nosotros no lo veamos.

Al hacer las cosas bien y dedicarles atención, favorecemos la productividad, suplimos carencias y por tanto creamos riqueza, ya sea que lo hagamos como trabajadores, como empresarios y sobre todo en cada día de nuestras relaciones. Ámate a ti mismo, comprométete con lo que hagas o vivas, acepta la responsabilidad de tu vida y no te esclavices a prejuicios o miedos y tendrás éxito.

Aunque no podamos cambiar la falta de respeto y responsabilidad de otros, en nuestra mano está responsabilizamos de nuestra vida y deberes. Si queremos traer abundancia a nuestra vida, tendremos que comprometernos en decidir y reflexionar, en defender nuestros derechos y el de los que nos rodean tanto como los nuestros y así nos haremos más y más ricos como país y como personas.

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