Tiempos posmodernos
Víctor Gabriel Peguero

El otro día, un amigo enviaba una foto a un grupo de Whatsapp de esos en los que compartimos bromas y comentamos la actualidad. Acto seguido nos preguntaba:

—¿Qué os chirría ahí?

La fotografía en cuestión no parecía tener nada raro. Pero claro, había políticos en la foto, así que pasaba algo; seguro.

La imagen era en formato 1:1, o sea, un cuadrado, la relación de aspecto por defecto de Instagram. Es de noche, y desde la Plaza Mayor se ven las escaleras que llevan hasta un iluminado Arco de la Estrella, arco que hace de punto de fuga al quedar al fondo del plano, cediendo el protagonismo a una pequeña multitud formada por 13 adultos que posan parapetados tras una pancarta, una niña que también posa, pero a unos 80 cm a la derecha del núcleo reivindicativo, y cuatro transeúntes que parecen no tener misión alguna en el panorama más allá de la encomendada por los azarosos caprichos del espacio-tiempo.

La pancarta que cubre a nuestros protagonistas era de color púrpura, y en ella se podía leer lo siguiente: “no + asesinatos por violencia de género”.

Un minuto de silencio consiste no en cerrar la boca, sino en callar el alma

Finalmente, copresidiendo el agarrado de pancarta a la altura del ombligo y con los brazos en una posición mantis-religiosanesca, se hallaba uno de los más ilustres diputados del Congreso que los extremeños hemos tenido a bien mandar a trabajar esforzadamente a Madrid, que con una sonrisa de esas que redondea los mofletillos, parecía venir de la celebración de su quinto cumpleaños.

Lo que chirriaba en esa foto e indignaba a mi amigo era, precisamente, el que alguien aparezca alegre y desenvuelto en un gesto de condena hacia uno de los problemas más serios que tiene este país.

El silencio es para la reflexión y el respeto. Un minuto de silencio consiste no en cerrar la boca, sino en callar el alma.

Lo triste de esta anécdota es que forma parte de una realidad política en la que, por desgracia, la foto es el mensaje. Hecha la foto, hecho el trabajo.

Y así hasta la siguiente pancarta, firma o manifiesto. Que no se diga.

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