Recibir un premio después del cierre ¿tiene sabor agridulce?
Esto es como el Cid Campeador, que ganó batallas después de muerto, tiene sabor amargo porque la revista ya no está en los quioscos, pero cualquier reconocimiento a la revista Interviú y a sus periodistas a lo largo de sus 42 años es muy de agradecer. Yo por supuesto, se lo he comunicado a los trabajadores y la gente lo ha recibido con mucho orgullo.

¿Dónde han ido a parar los trabajadores que estaban en la revista?
Hay tres que están en el Periódico de Cataluña; la de Redes Sociales sigue llevando Redes de otros medios y la gente está haciendo colaboraciones en distintos medios, lo que pasa es que el perfil de un periodista de Interviú es muy diferente al de otros medios, es un periodista acostumbrado a pelear, a darse de bruces contra las puertas cerradas y realmente en estos tiempos es un perfil que no tiene mucha cabida en el resto de la prensa, pero poco a poco vamos a ir saliendo.

Tú has sido el director en los últimos diez años, pero tu vinculación con la revista viene de antes, ¿cuándo empezaste?
Empecé colaborando en Interviú y publiqué mi primer reportaje en el 83 y estuve hasta el 86 en esa primera etapa. Volví en febrero del 97 como redactor jefe. Cuando regresé me pusieron una silla rota para hacerme saber que entraba en un sitio muy especial. En la primera reunión que tuve con la redacción hubo que tirar de galones para demostrar al principio que ahí se mandaba. Te encuentras con muchos paracaidistas acostumbrados a que les envíes a un sitio sin nada más que un bolígrafo y en un par de días habían desmenuzado la historia y la contaban como nadie de otros medios lo hacía.

«4 años antes de que se destapara la Gürtel Interviú ya hablaba de la trama”

¿Por qué Interviú llegaba a sitios donde nadie más lo hacía?
No era que Interviú pudiera llegar por algo especial sino porque al resto no le interesaba. Tú te enterabas de una pequeña cosa en un pequeño pueblo y veías interés social en una pequeña cosa y te ibas al pueblo y le hacías un reportaje. La gente de otros pueblos que se sentía identificada le gustaba. Al final era una inversión en una historia pequeña que se convertía en grande. Esa inversión no la hacían los demás.

Y actualmente esa inversión ya ni se plantea  ¿verdad?
Actualmente lo que se hace es periodismo de tarifa plana donde tienes un ordenador y un móvil y con eso ya haces todo, pues bueno, vale, pero te falta el contacto con la realidad y el contacto con la realidad está en la calle.

¿Cómo eran las reuniones de contenidos en Interviú?
Nuestro menú tenía que ser lo suficientemente variado para que distinto público se sintiera identificado. Intentábamos llevar siempre un suceso, una crónica menor de pueblo, pero podía ser de una capital (una cosa común, del día a día) temas de investigación y en los últimos tiempos mucha corrupción. Al final el menú tenía que ser lo suficientemente atractivo para todos los públicos.

¿Cuál ha sido tu mejor reportaje y cuál no habrías querido publicar nunca?
Todos han sido paridos con dolor pero no con tanto dolor como para desear que no hubieran nacido. En 22 años en Interviú hay reportajes para aburrir y los he disfrutado y los he luchado uno a uno, no podía elegir solo uno.

¿Y dos?
Es que en los últimos tiempos ha habido muchas cosas, pero quizás por la falta de respeto que nos han tenido en la profesión yo me quedaría con los reportajes sobre la Trama Gürtel. 4 años antes de que saliera todo, en Interviú ya se hablaba de Francisco Correa, de Especial Events, de los amigos de Agag. También recuerdo el reportaje de los fallecidos en el accidente de metro de Valencia, donde luego llegó ya la tele y le dieron unos premios maravillosos.

Esa es la historia de Interviú, nunca nos han dado un premio a la investigación, lo cual no habla mal de nosotros sino de los que dan los premios.

¿Quién te hubiera gustado que saliera en una portada?
Estoy muy satisfecho de las portadas que hice sobre todo porque conseguí colocar al primer hombre en la portada de Interviú, que fue Jesús Vázquez, batió récord de ventas y eso siempre quedará en mi currículum.

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