Lunes de papel
Emilia Guijarro

Ayer domingo, día tres de diciembre, se ha celebrado el día de las personas con discapacidad. Algunos solo verán en esa fecha las caras de muchas personas con discapacidad que sonríen a las cámaras para decirnos que existen, que están ahí, que viven entre nosotros, y otros habrán llenado sus muros de facebook de buenos deseos.

La semana pasada tuve la ocasión de asistir al III Congreso sobre DERECHO Y DISCAPACIDAD, celebrado en Mérida, en el que se debatió sobre los problemas que afectan a este colectivo, que son muchos y de variada naturaleza. Estas acciones nos hacen pensar. Nada mejor que ponernos en su lugar porque cada uno de nosotros somos diferentes y todos en mayor o menor medida padecemos alguna discapacidad.

En diez años, en España se ha dado un paso enorme en educación inclusiva y en inserción laboral

En noviembre se ha dado un paso importante para garantizar un derecho perdido: el Congreso de los Diputados ha aprobado una ley que devuelve el derecho a la participación política a más de 90000 personas con sentencia de incapacidad que no pueden votar. El hecho de incapacitar a una persona para proteger sus bienes de abusos por parte de terceros los excluía automáticamente de la posibilidad de emitir su voto. Muchas personas, familias y Asociaciones han luchado para conseguirlo con resultado satisfactorio, pero esto es solo la punta de iceberg de lo que todavía falta en otros aspectos importantes.

En diez años, en España se ha dado un paso enorme en educación inclusiva y en inserción laboral. Si hablamos de cifras, en 2007 había 860000 alumnos en Centros de Educación Especial, en el curso 2016-2017, la cifra ha bajado a 289000. Pero si no reciben los apoyos necesarios y las adaptaciones curriculares estaremos engañándonos.

En inserción laboral también hay buenos resultados, pero en la mayor parte del empleo creado se ha hecho en Centros Especiales de Empleo, como trabajadores protegidos, un modelo que debería ser una excepción, avanzando hacia un modelo normalizado. Los datos de 2015 ponen de manifiesto la brecha que existe en el empleo entre las personas con discapacidad y las personas sin discapacidad.

Quedan muchos retos por cumplir en accesibilidad universal, en autonomía personal, en apoyo a las familias de personas con pluridiscapacidad, y en otros muchos aspectos. Desde la aprobación por la ONU, en 2006 de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, se ha avanzado pero con timidez, porque aunque todos los estamentos políticos dicen acatarla, sin embargo no se hacen las reformas legislativas y de inversión necesarias para su aplicación.

Esperemos que este nuevo día sirva para recordarlo.

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