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Mi ojito derecho /
CLORINDA POWERS

Me pregunta un periódico en Facebook si un presidente del Gobierno debe dar explicaciones de su vida privada. A mí me da no sé qué preguntarle a Hollande por sus cosas. Recordemos que se trata de un hombre tremendamente ocupado, que cuando no está recuperando a los gitanos expulsados por Sarkozy, está repudiando a los que se quedaron.

Yo no he expulsado nunca a nadie de ningún sitio, pero imagino que, después de tamaña gesta, te quedas con ese run run de «¿me echará de menos?» y, lo que es más doloroso, «¿le echaré de menos yo a él?». A lo que voy, que ese run run no te lo quita ni tu chófer, ni tu guardaespaldas, ni toda la secretaría general del estado. Ese run run te lo quitas, junto con los pantalones y los calcetines, en un apartamento a nombre de un actor relacionado con la mafia corsa.

Volviendo a la pregunta, ¿debe Hollande dar explicaciones de su vida privada? Hombre, pues a mí, personalmente, no me interesa si Hollande ha buscado picadero por cuenta propia o ajena. Y a mi amigo Antonio, que se ha fugado con su cerebro y con su novia a Nantes, tampoco. Resulta que ellos, bueno, nosotros, estamos ocupados en otras cosas como, qué sé yo, ¿trabajar? ¿Gamonal? Pues eso, que la próxima vez hablaremos de cosas importantes, como Burgos.

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