carta-de-ajuste

Versos del insomnio /
Víctor M. Jiménez

Una voz que nunca duerme acaricia el silencio
y entretiene los oídos de la vigilia
a cientos de kilómetros.

Las ondas de la frecuencia modulada bordan,
con pespuntes largos, la oscuridad de los ojos
y aceleran el pulso lento de las horas.

A veces, el murmullo de una música suave
me ofrece un pasaje en la embarcación que surca
el inmenso mar de los recuerdos.

Me he prendido muchas madrugadas
al inconfundible aliento de la vida
que gotea por los altavoces.

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