procrastinacion03

Historias de Plutón /
José A. Secas

Aviso previo: si falta algún espécimen en la lista que me ha salido, añádanlo ustedes mismos que yo he hecho como los españoles y he dejado este artículo para el último momento. Seguramente se me pasará alguien. Qué le vamos a hacer.

El Atacado: Vive en una especie de carrera interminable tratando de demostrar una actividad frenética que, habitualmente, no lo es ni parece afectar a nada porque salta de una acción a otra, siempre con prisas, sin acabar nada, sin efectividad ni eficacia. Tipo “mucho ruido y pocas nueces”. Su frase sería: Se me ha echado el tiempo encima.

El Enfermo: Vive sin vivir en él (o ella) porque se siente más pallá que pacá; dicho de otro modo: su cuerpo nunca está a la altura de sus buenas intenciones (de esas de las que está el cielo lleno) y aunque quiere, no puede. La salud es lo primero y si no responde el cuerpo la excusa se convierte en perfecta. Consigue subir la fiebre a voluntad. Su frase: Me sentía indispuesto y por eso…

El Ausente: Vive fuera de la realidad o no ha llegado siquiera a ella. Está en tránsito. Nunca está en el momento y en el lugar indicado y, claro, cuando se dice algo que directamente le afecta (encargo, recomendación, encomienda, mandato, recado, orden…) jamás recibe el mensaje, sencillamente porque no está. Tal vez si su cuerpo pero nunca su espíritu. Frase: No me he enterao.

El Tranquilo: Vive bien, la verdad. No se estresa en absoluto. No entiende el significado de la palabra prisa (o prisas) y encarna a la perfección la máxima de “ no pasa na porque dejes para pasado mañana lo que debiste hacer anteayer”. Suele ser ajeno a las consecuencias y en su coraza rebotan las balas con asombrosa indiferencia. Su frase es: Jolines, que tampoco es tan urgente.

El inconsciente: Vive en su propia realidad. Emparentado con el Ausente, se distingue de éste en que ni tan siquiera conoce sus limitaciones y, por supuesto, los efectos que acarrean sus negligencias e ineptitud. No mide, no calcula, no valora y le importa un pimiento (pito, rábano o huevo) lo que ha pasado, lo que ocurre y lo que acontecerá. Frase: Ah, ¿era a mi?

El sobrao: Vive por encima de las posibilidades (de los demás) y se cree el rey del mambo, la alegría de la huerta, superman o el centro del mundo (según depende). Está tan seguro de sus recursos que avasalla continuamente con su exacerbada autoestima. Normalmente cree que puede con todo y lo que hace es gastar energía por la boca. Frase: No pasa na. Mañana está, sin falta.

El torpe: Vive mal, el pobre. A este no le vamos a dar caña porque bastante tiene con lo que tiene. Si no acaba las cosas es porque no da más de si. ¡Alto ahí!, ¡pero si no da ni golpe!, ¿no lo estaremos confundiendo con un falso tonto?, ¿no estará cardando lana porque ya cogió la fama? ¡Cuidado con los que se hacen pasar por tontos porque estás trabajando por ellos! Frase no, monosílabo: Joo

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