AOEX conmemora el Día Europeo de Prevención de Cáncer de Piel en redes sociales
Archivo.

bac3b1o-de-sol

Historias de Plutón /
JOSÉ A. SECAS

Ingerman Worstlost, apuntaba con acierto en su famoso ensayo “Veleidades de un aprendiz de proboscidio” que la resultante lógica de una ecuación mal planteada superaba con creces el resultado posible a un problema veraz. Esta aparente contradicción, enfrascó a los científicos de su época en una apasionada y apasionante discusión que llenó centenares de miles de millones de páginas de las revistas científicas más prestigiosas. Al otro lado de la realidad, en un mundo paralelo no menos agresivo, unos niños polinesios, aunque leídos, trataban de justificar matemáticamente la pérdida de su pescado a causa de su red rota. Lo consiguieran con la ayuda un veterano agente de la CIA – William J. Bedcorner- que, casualmente, maquinaba por esos lares para derrocar a un gobierno legítimo y se aburría entre teje y maneje. Por esto y por el afán de protagonismo de algunos dueños de gatos, no deja de admirarme la condición humana, tan proclive a la sublimación de sus intereses y tan dejada para los asuntos domésticos y la limpieza en general.

No deja de admirarme la condición humana, tan proclive a la sublimación de sus intereses

Si acometiéramos, con el mismo entusiasmo y paciencia de las que hace gala el cocodrilo del Nilo, cuando acecha a una pobre gacela de Thomson en cualquiera de los abrevaderos que se reparten a lo largo y a lo ancho del Delta del Okavango; las más básicas tareas del análisis objetivo de la realidad, no cometeríamos los errores de bulto en los que nos enfangamos en nuestra vida diaria. Esto no lo digo yo. Lo ha repetido hasta el hartazgo en sus estudios de antropología evolutiva, una y otra vez, el insigne zoólogo y filósofo, Matheus Hillforest. Estas tareas de observación pasan por mantener los ojos abiertos, los oídos atentos y, sobre todo, la boca cerrada. De todos es sabido que la acumulación de moscas en la boca termina obstruyendo las fosas nasales y, consecuentemente, perdemos el sentido de la ecuanimidad y la calidad de vida.

García de Sigüenza (hijo), en su último tratado de arquitectura post-crisis, apunta hacia una tendencia no por menos inquietante, más progresista: las viviendas subterráneas de las zonas externas al círculo de máxima protección. Esta tendencia, junto con los abigarrados panales humanos, constituyen el futuro de la colonización práctica de los últimos desiertos habitables y un tema de conversación sustancioso en XXVIII festival de tertulias de té. Mis más cercanos primos (y parientes) y yo, hemos sido testigos del paulatino incremento de la supuración de las glándulas suprarrenales y el oscurecimiento sospechoso del esmegma de los habitantes más antiguos de estos guetos. Estamos abocados a la escucha de reguetón por cualquier canal de comunicación posible y esto, a la larga, reblandece las neuronas pero activa el movimiento pélvico.

Artículo anteriorNo a la guerra
Artículo siguienteManuel Jabois

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí