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Un escritor de recuerdos que golpea con su poesía las conciencias adormecidas de esta parte del charco. Son versos cargados de llanto y esperanza, de palabras partidas que habitan los mismos lugares que frecuentan la belleza y el olvido. En un eterno tránsito, Omar Pimienta encuentra el refugio de lo eterno. Charlamos con él.

Hace escasamente un par de meses presentó en Cáceres su último poemario, “El álbum de las rejas”. ¿Qué podemos encontrarnos dentro?
Textos y fotos. Este libro fue escrito utilizando dos archivos fotográficos: el familiar y el personal. La dinámica de escritura fue simple: detonar un texto a partir de una imagen con la intención de crear una tercera lectura. Y dado que el material visual es muy biográfico, los textos van por la misma línea. Una sucesion de memorias prestadas, alteradas, implantadas y algunas otras que creo genuinas.

Dice de su poemario que es “un libro de frontera”. ¿A qué se refiere? ¿La percepción es distinta desde el límite de los territorios?
Sí, creo que la percepción es distinta. Creo que se entiende de entrada la fragilidad del concepto de nación. Pero bueno, es un libro de frontera en varios frentes. De forma muy literal, es de frontera geográfica, pues representa la historia de un ciudadano que vive la frontera más transitada del mundo y la más grande en disparidad económica, donde chocan dos culturas con raíces coloniales muy distintas.
Por otro lado, hay una frontera entre el texto y la imagen que me gustaría pensar que exploré. Un terreno muy parecido a una ciudad fronteriza, que no es enteramente ninguno de los otros dos terrenos, pues se genera más bien en la imaginación de cada lector. Un tercer terreno de signos al que espero se pueda llegar con cada texto e imagen que yo les facilito. Y por último, la frontera entre la memoria y el recuerdo. Siendo la primera un mecanismo para llegar al segundo e investigando qué sucede para que la memoria genere ese recuerdo.

¿Podría decirse que su escritura está marcada por su origen?
Sí, definitivamente. Pero, claro, me gustaría saber qué escritura no está marcada por su origen. Cada vez que leo a un poeta de cualquier nacionalidad incorporo todo lo que sé de esa cultura, de ese país, de esa tradición poética y política y de una forma u otra ilustra mi lectura. Cuanto más sé del mundo, más me gusta la poesía de sus ciudadanos.

Precisamente con su obra “Escribo desde aquí” ganó el Emilio Prados de poesía hace 6 años, galardón que contribuyó a aumentar su popularidad en España. ¿Es cierto eso de que “los premios para los poetas son un mal menor”?
Buena pregunta. Sí, creo que sí, porque hay mucho ego en la poesía. Creemos que nuestra obra es buena a pesar de que ganemos o perdamos los premios. Si en mi vida nadie me lee es porque estoy adelantado a mi tiempo, si no gano el concurso, es porque está arreglado, si gano, es porque los jurados son honestos y exelentes lectores, pero todo esto sucede al margen de la obra y creo que está bien. Creo que ese ego lleva a muchos a crear muy buena obra.

Entiendo que tengo pocas armas contra la injusticia y una de las que mejor manejo es la poesía

Sus textos son tan plásticos como desgarradores, siempre amparándose en la cruda realidad intercalando elementos de ficción poética. ¿Dónde encuentra un poeta la belleza? ¿En el dolor o en la paz?
Creo que los mejores poetas la encuentran en todo y logran traducírnosla y les estamos agradecidos de por vida. Pero claro, tendríamos que analizar también nuestras diferentes concepciones de belleza, de dolor y de paz, y es ahí donde importa la cultura y también donde se puede trascender la misma.

Su poesía está cargada de denuncia social. ¿No tiene la sensación de que precisamante la poesía es una forma de dulcificar las injusticias?
Buena pregunta, me lo cuestiono a diario. Me pregunto si lo que hago es una mera estetización del problema, pero entiendo que tengo pocas armas contra la injusticia y una de las que mejor manejo es la poesía. Siento que la tengo que utilizar. De mis formas de denuncia es la que imagino que llegará más lejos y durará más tiempo (de nuevo ese ego que me hace creer que alguién me leerá en 30 años), y si puedo sembrar en algún lector la indignación, aunque sea por mecanísmos estéticos, siento que es mi obligación hacerlo. Creo que por lo menos no me he quedado callado.

Utiliza un lenguaje fragmentario y directo en lugar de recrearse con figuras literarias. ¿Es una forma de que prevalezca su mensaje?
De nuevo una exelente pregunta. Pues sí, aunque tengo varias razones, una es meramente práctica. Pienso en los lectores del futuro y creo —en base a la poca historia literaria de la que tengo dominio— que el lenguaje se ha ido comprimiendo siguiendo la evolución de la capacidad humana, relativamente reciente para capturar y reproducir imágenes. Siento que la gente lee más en sus pantallas y es bombardeada con información más fragmentada. Por lo menos, yo lo hago. Seguramente volverá a neo-neo-neo barroco y quedaré en el olvido, pero bueno, eso pasará de cualquier forma.

¿Qué referentes contemporáneos de poesía tiene Omar Pimienta?
Claudia Rankine, Mario Montalbeti y podría seguir mencionando pero daré solo dos nombres para que los lectores de esta entrevista no tengan tanta tarea y se puedan enfocar en ellos dos.

Cualquiera que se jacte de ser buen lector de poesía latinoamericana, sabe que Liliputienses tiene a los mejores fichajes, por usar jerga futbolera

Ha publicado con una editorial cacereña de vocación universal. ¿Cómo llegó usted a José María Cumbreño y Ediciones Liliputienses?
José María reeditó mi primer libro Primera Persona: Ella en una editorial que tenía antes, Littera Libros. Yo había publicado la reedición de mi segundo libro en Aullido Libros de la Editorial Essan de Punta Umbría y fue allí, en Punta Umbría, que Uberto Stabile, editor de Littera Libros, nos presentó. De ahí nació una buena amistad. Supe que mi próximo iría a parar a manos de José María, me publicara o no. No pensé ni siquiera en mandarlo a ningún concurso. Cualquiera que se jacte de ser buen lector de poesía latinoamericana, sabe que Liliputienses tiene a los mejores fichajes, por usar jerga futbolera.

¿Qué diferencias encuentra entre la poesía que se publica en Europa y Latinoamérica?
Pregunta dificil, pues encuentro una lenta, pero paulatina aproximación. Y creo que se debe a que cada vez más compartimos los mismos problemas. Encuentro que las mieles coloniales atraen a las hormigas y que los procesos migratorios comienzan a influir en el día a día de la poesía, haciendo a toda Europa consciente de las condiciones imperantes de un mundo al que alguna vez dominó entero y que aún controla. A nivel de poesía, el lector y creador europeo y el latinoamericano, se reconocen cada vez más y reconocen los mecanismos similares de opresión que los aquejan.

Conrado Gómez /

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