Mi ojito derecho /
CLORINDA POWERS

He estado calculando mis  méritos y en la escala “El Aeropuerto de Barajas para Adolfo Suárez” yo me quedo con “La nuez en el  salero y demás frutos secos”.

No es que me considere una ciudadana de segunda. Ese trabajo me lo ahorran los políticos, los bancos y alguna que otra dependienta idiota. Lo que pasa es que yo sé cuál es mi sitio, cuándo sentarme e incluso cuando cederlo. De hecho, llevo unos días de pie, dándole vueltas al arranque de Mariano. Porque lo del homenaje a Suárez ha sido un arranque. Lo sé porque la última vez que tuve uno estaba en un bar y uno me dijo “Te quiero”, y yo le contesté “Pues yo más”. Al final nos casamos. Pero esa historia tan triste ya os la contaré otro día.

Volviendo a los arranques del Gobierno, no se los tengamos en cuenta. Son momentos de exaltación y los hemos tenido todos. No puedo culpar a Mariano por obviar la millonada de euros que se escondían detrás de su honorable propuesta, como no puedo culparme a mí de no calcular a las tres de la mañana los costes de una boda.

Algunos se olvidan de que Mariano tiene una virtud que no tiene ningún otro mandatario extranjero. Es español, como nosotros. Lo que pasa es que a veces parece alemán, y acaba teniendo estos arranques, para que nos reconciliemos.

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