A diferencia de las sentencias judiciales, los indultos, un desafío a la separación de poderes, no cuentan con el paraguas protector de la teórica objetividad de las leyes. Son medidas de gracia, de perdón, y por tanto, siempre conllevarán un grado de polémica, especialmente si hay víctimas de por medio o si afectan a casos de corrupción que quedan impunes. Más aún si el poder que los concede, es decir, el gobierno,  no se molesta en explicarlos o justificarlos. ¿Para qué dirán?

En España, los indultos rara vez se explican o se justifican. La nota del BOE en la que se informaba del controvertido indulto al conductor kamikaze de Valencia (cuya condena a 13 años de cárcel por un accidente de tráfico en el que murió una persona le ha sido conmutada por dos años de multa) burlaba el esperpento, ya que se limitaba a decir que «se han considerado los informes del Tribunal sentenciador y del Ministerio Fiscal», por cierto esos informes no eran todavía definitivos..

Lo cierto es que la ley española que regula el indulto (del año 1870) no obliga al Gobierno a dar explicaciones, pero tampoco se lo impide.. En poco más de un año, el Gobierno de Mariano Rajoy ha concedido al menos 542 indultos (los publicados hasta ahora en el BOE), lo que supone una media de dos al día. De los 434 casos aprobados en 2012, 34 fueron propuestos por el Ministerio de Defensa y el resto, por el ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón

Algunos de estos indultos han sido especialmente polémicos, como el concedido el año pasado a cuatro mossos d’Esquadra que habían sido condenados por torturas, el posible de Jaume Matas, que gracias a su tramitación le ha servido para, por ahora, evitar la cárcel, o el otorgado recientemente al mencionado conductor kamikaze, un caso en el que la controversia se ha acrecentado al conocerse que el condenado trabajaba en el mismo bufete de abogados que emplea a uno de los hijos de Gallardón.

Los políticos en España tienen una curiosa adicción a los indultos. Zapatero se manejaba en una cifras similares a Rajoy y Aznar alcanzó los seis mil indultos en sus legislaturas. Son curiosos estos datos, ya que, por ejemplo, durante los ocho años del mandato de George W. Bush fueron indultadas un total de 200 personas. Por cierto, Estados Unidos tiene siete veces la población española, así que saquen sus propias conclusiones.

La verdad es que no estaría mal que se tomaran con tanta rapidez decisiones en otros asuntas que preocupan a la ciudadanía española. Lo de dar explicaciones parece un caso perdido, así de zafio es por media el político español.

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