Con ánimo de discrepar /
VÍCTOR CASCO

Si yo volviese a mi etapa de estudiante pre-universitario y necesitase acceder a la Universidad con una beca no tendría problemas con lo establecido por el peor ministro de la historia de la educación, Wert (o Wertminator) porque obtuve más de un 7 en Selectividad (hace ya muchos años) y una media de 8,5 en mi Bachillerato. Y finalmente me licencié en Historia con un notable.

… Pero ahhhhh… ¿y qué sucede con el resto?

La última propuesta de este neocons es muy sencilla: vamos a hacer una escuela aún más clasista. Donde unos pocos disfruten de todos los privilegios y la mayoría se hunda. Una enseñanza que privilegie a quienes más tienen, a quienes se permiten tutores privados, a quienes viven en una situación familiar y unas barriadas sin problemas y marginen precisamente a quienes más necesitan una buena educación, buenos profesionales y mejores medios.

Porque el problema, el verdadero problema, no está en la situación de quienes superan la enseñanza con un 8 o un 6 o un 7 de nota media… sino en el amplísimo número de los que fracasan. ¿Por qué? ¿Qué está pasando?

El modelo de Wert se despreocupa del fracaso escolar y solo persigue mimar a quienes menos lo necesitan. Si su modelo triunfa finalmente aumentarán el número de excluidos del sistema educativo, porque no nos equivoquemos: todos los recursos se destinarán a los más listos o los que pueden pagarse una buena nota (que para eso está papi con su chequera). Y de paso, a degradar la enseñanza pública universal para todos y todas. Esa es su apuesta. Y para que triunfe va a apelar a la parte más egoísta que todos llevamos dentro.

No necesitamos que los “listos” tengan más recursos, por el contrario, lo que se precisa es que el número de “tontos” disminuya, que cada día sean más los “listos”. Y para eso: más escuelas públicas, más dinero para la enseñanza pública y más medios.

Claro que una sociedad más formada, más crítica, más culta tampoco le interesa al señor Wert, porque los listos, los listos de verdad, no votarán por él.

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