Desde mi ventana /
CARMEN HERAS
Tengo que agradecer a las compañeras del Lobby Violeta la información estadística facilitada sobre víctimas de violencia de género. Son datos provisionales de noviembre del 2014, pero tan duros de aceptar que no me resisto a transcribirlos. Me produce congoja hablar de este asunto. No solo por resultarme inconcebible en épocas llamadas de liberación de la mujer, sino también por lo fatuo de atreverse con propuestas, consejos o soluciones, sabiendo que en un momento dado puede producirse cualquier otra muerte por estas circunstancias.
De las 44 víctimas asesinadas en este año, 32 son españolas, 12 de otros países. La edad del agresor oscila entre los 18/20 años hasta los 85, lo que demuestra lo amplio del abanico generacional, incluidos los matices sociales, laborales, de convivencia, etc, que se quieran. Hay 10 agresores con edades comprendidas entre 31/40 años, 12 con edades entre 41/50 y otros 10 entre 51/60 años. Corresponden a etapas de (teórica) madurez. Pero también los hay (aunque en menor número) más jóvenes, lo que permite deducir que el problema tiene una cierta generalidad, aunque parece agravarse por la convivencia o el deseo de romperla. Del total de 44 agresores, 15 se suicidaron.
El estudio de las denuncias recibidas en el segundo trimestre del 2014 (unas 31.699) reseña que solo un 7,09% (2.247) fueron presentadas directamente por las víctimas, número tan pequeño que revela bien a las claras las dificultades de las propias mujeres a la hora de hacer frente a una situación tan dañina para su propia integridad física. Una vez que se inicia el proceso en el juzgado, hay mujeres que retiran la denuncia. La mayoría de los delitos instruidos corresponden a lesiones en diferentes grados. De las 8.428 órdenes de protección solicitadas en los juzgados de violencia de género, se han acordado 4.675 (la mitad aproximadamente). La relación de parentesco que liga el agresor con su víctima es la de ex- relación afectiva (en un 32%), relación afectiva (en un 30%), cónyuge (26%) y ex-cónyuge (12%). En Extremadura hay 136 órdenes de protección adoptadas de un total de 179 órdenes incoadas.
Es desde la fuerza de cada quien, en cada uno de sus territorios vitales, como lograremos el éxito de todos
Los datos demuestran, por comparación con los de años anteriores, que se sigue trabajando para erradicar un problema del que prácticamente todo el mundo ha tomado conciencia. No es bastante, pues una sola muerte ya es mucho, y no nos cansaremos de reclamar medios y mayor formación para los profesionales que intervienen en las fases varias de los procesos. Pero sobre todo, es preciso preparar a las mujeres, para que sepan detectar a tiempo los síntomas enfermos de algo que puede sobrevenir. Para desterrar la idea de que no hay vida fuera del entorno creado con su hipotético agresor, o que las dificultades de cualquier separación son insalvables, hay que dar capacitación y madurez emocional a cualquier ser humano, en este caso a mujeres, para que consigan la fuerza suficiente, desde el punto de vista afectivo, de caminar solas. Y ahí, los estereotipos siguen estando muy activos. En la publicidad, en los roles sociales, en las telenovelas con amores apasionados y posesivos…
Dicen los eslóganes al uso que somos una sociedad libre y formada. Pero no es cierto. Las grandes masas aún se sienten presas del embrujo de ciertas normas y arquetipos. Las marcan los programas televisivos, por ejemplo. Los grandes sucesos, en los que se confunde el papel de los medios de comunicación (que deben hacer su trabajo, exponiendo lo más llamativo, o lo abyecto, o lo vulgar, cuando es noticia) con el día a día propio, con reglas de uso corriente pero que deben ser cumplidas a rajatabla para mantener el respeto que todos y cada uno merecemos, seamos mujeres u hombres, en el ámbito privado. En nuestras propias casas, en nuestros centros de trabajo…y hasta en el supermercado. Es estéril creer que la solución llegará desde lo general a lo particular cuando es justamente lo contrario. Aunque nadie desprecia la importancia de las campañas que consiguen poner los problemas sobre la mesa, que duda cabe que es desde la fuerza de cada quien, en cada uno de sus territorios vitales, como lograremos el éxito de todos.
