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Premio LIBERTAD DE EXPRESIÓN: Marc Marginedas, periodista

Enviado especial a zonas de conflicto de El Periódico de Catalunya desde 2002, Marc Marginedas ha sido corresponsal en Moscú entre 1995 y 2002 y en Argel y Rabat entre 1995 y 1998. Sus experiencias como reportero de guerra las desveló en su libro «Periodismo en el campo de batalla». Marginedas fue secuestrado en los alrededores de la ciudad de siria de Hama por un grupo yihadista el 4 de septiembre de 2013. Fue liberado el pasado mes de marzo, tras seis meses de cautiverio. Esta es la primera entrevista que concede a un medio escrito.

¿Cómo se especializa un periodista en conflictos bélicos?
Lo fundamental es tener una gran vocación. No me gusta el calificativo de ‘corresponsal de guerra’ que habitualmente se nos da. Yo soy un periodista que cubre zonas del mundo donde hay conflictos. Pero no me considero un corresponsal de guerra ‘per se’, porque, por ejemplo, yo no sería la persona más adecuada para cubrir un conflicto en América Latina, porque no soy un experto en esa área. Mi interés se centra más en el mundo árabe.
Cuando llegué a El Periódico, estaban buscando a una persona que se trasladara al norte de África y yo me ofrecí. Di un paso al frente por interés, vocación e inquietud.

¿Cómo valoras la cobertura de conflictos bélicos que se hace desde los medios nacionales?
En el caso de El Periódico se hace una apuesta decidida por este compromiso profesional que adquiere un testigo en zonas de conflictos. Pero, en el caso de Siria, por la última oleada de secuestros ha provocado una desbandada de periodistas freelance, por el grave riesgo al que se exponen. En España no hay mucha tradición de periodismo de guerra (como la tiene Inglaterra o EE UU), pero ahora mismo hay un elenco de periodistas especializados excelentes, que hacen que España tenga un nivel importante: Javier Espinosa, Mónica Bernabé, Antonio Pampliega, Sergi Cabeza…

¿Cómo es la información que nos llega ahora de Siria?
El flujo informativo que hay ahora procede, básicamente, de las zonas controladas por el régimen. Por otro lado, creo que la opinión pública española está aletargada o inmunizada con respecto a los horrores procedentes de Siria y no hay que olvidar que se trata de un país muy próximo a Europa, y este conflicto es el que mayor número de refugiados ha provocado, después de la II Guerra Mundial. Hay nueve millones de personas desplazadas, que supone el 40% de la población. Pero pese a estos datos, este drama no ha conseguido movilizar a la ciudadanía, como por ejemplo el tsunami de Indonesia…

“El conflicto sirio ha provocado el mayor número de refugiados desde la II Guerra Mundial”

¿Crees que este conflicto está desgastado mediáticamente? ¿Por qué?
Es un conflicto muy complicado de entender para la opinión pública, porque por un lado ven a un régimen, por el otro a unos yihadistas y les resulta difícil identificarse con un bando. Pero más allá de los bandos el drama humano está ahí. Pero hay que tener en cuenta que este conflicto está provocando que haya terrenos que estén controlados por yihadistas, en un país próximo a Europa.

¿Por qué crees que hay conflictos a los que no se les pone el foco?
Forma parte de las dinámicas de los medios. Siria es un conflicto que ya ha perdido el componente de novedad, y los medios siempre funcionan por la novedad. Que haya bombardeos en Alepo, ya parece que no es noticia, por ese desgaste del conflicto. La forma de luchar contra esto es enviando periodistas sobre el terreno, con garantías de seguridad y asumiendo riesgos que sean asumibles. Lo que genera empatía es poner nombre y apellidos a las cifras que se suceden en conflictos de larga duración.
El conflicto de Ucrania también dejará de ser novedad, y ahí es donde entra en juego si el medio apuesta o no por la información. Yo tengo la suerte de que me envían a Siria cuando el conflicto ya no copa las portadas de los periódicos, y seguir siendo testigo de un conflicto para que no caiga en el olvido.

¿Cómo es un escenario de guerra?
Es el caos más absoluto, donde prevalecen los defectos más graves del ser humano: la ambición, la violencia, el egoísmo… Un contexto de guerra, es el mejor escenario para que destaquen personas con graves trastornos de la personalidad como los genocidas, los dictadores, los que aprovechan un conflicto para hacer negocio… Son personas que no tienen empatía y no son capaces de ponerse en la piel de los demás.

¿Cómo se calibra el miedo para poder desarrollar bien este trabajo?
Yo creo que la adrenalina provoca que uno no sienta miedo en un tiroteo, por ejemplo. Me refiero a un miedo que paralice. Esas situaciones generan una situación de euforia que, admitámoslo, pueden provocar hasta una cierta adicción. Por supuesto, el miedo es necesario para estar alerta. Pero tomar la decisión de hacer este trabajo, que yo considero que es el mejor trabajo del mundo, conlleva asumir unos riesgos y ser consciente de ellos.

Eduardo Villanueva /

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