Se inicio en la música con apenas 6 años. ¿Siempre quiso ser músico?
Empecé tan joven porque mis compañeros se apuntaron también, como una clase extraescolar, aunque la verdad es que nunca pensé dedicarme profesionalmente a la música. Mi gran apuesta empezó tras comenzar el canto, que fue cuando decidí dar el salto a Madrid. Pero ahora, con la distancia, sí que recuerdo que la música siempre me acompañaba y supuso un gran gozo practicarla.

De Barcarrota al Auditorio Nacional. ¿Qué recuerda de esta trayectoria?
En esta trayectoria el único común denominador ha sido la música. De mis inicios recuerdo mis continuos viajes a Badajoz al Conservatorio y las largas tardes de invierno en él. Luego estudiar Ciencias Ambientales en Badajoz y continuar mis estudios musicales. Y, por último, el vértigo de dar el salto a una nueva etapa en Madrid, llena de incertidumbres, dejando atrás familia y trabajo, para probar si era posible vivir de lo que verdaderamente me llenaba, la música.

¿Las principales dificultades?
Es difícil hacer un resumen de los baches que uno se va encontrando a lo largo de su formación, pero quizá lo más complicado fue compaginar los estudios básicos en el pueblo, el instituto, los viajes a Badajoz, el piano y el canto, la universidad y la multitud de actividades ligadas a la música en que me embarcaba. Desde pequeño tuve que renunciar a muchas cosas que me gustaban, y si no hubiera tenido el apoyo, que no la obligación, de mis padres y profesores, y el gusto por lo que hacía, no hubiera podido sobreponerme a temporadas de grandes agobios.

En Extremadura quizá haga falta llevar a más público a la música sinfónico-coral”

Que un músico extremeño llegue a tener plaza de barítono en el Coro Nacional no parece fácil…
En esta vida hay pocas cosas fáciles, y menos en los tiempos que corren. Yo estoy muy orgulloso de ser extremeño y poder mostrar que en Extremadura se hacen cosas bien y se forma a excelentes músicos. Ser el único extremeño en un coro de la talla del Coro Nacional puede parecer una empresa compleja, pero sólo hay que proponérselo, formarse y luchar por ello.

¿Qué opina de los premios?
En este caso la existencia de unos premios que engloban tantas disciplinas culturales no hace más que dar categoría al mundo de la Cultura en Extremadura. La apuesta de la Asociación Avuelapluma, y la participación de tantos agentes públicos y privados, son un revulsivo y un escaparate primordial para el descubrimiento y valoración de la Cultura.

¿Cómo recibió la noticia y qué significa su concesión?
El día que marché de Extremadura lo hice en silencio, sintiendo que nadie se acordaría de mí en unos años, y ahora ha sido una sorpresa mayúscula que me hayan querido otorgar este premio. Aunque he de reconocer mi incredulidad inicial, supone un gozo enorme, un acicate para seguir en mi carrera allá donde me lleve y, a la vez, una grandísima responsabilidad porque, aparte de compartir palmarés con grandes representantes de la Cultura en este país, cada vez que vea el premio sentiré que dejé gente en Extremadura que me apoyó para que llegara a donde he llegado, y otra mucha que se interesa y me anima a seguir creciendo como artista y llevando el nombre de Extremadura.

¿Cuál es la máxima meta de Manuel Torrado?
Cuando era pequeño mi máxima meta era cantar en el Coro del Conservatorio de Badajoz, y tras 25 años me encuentro cantando en el Coro Nacional, al que no me imaginaba llegar. Las metas varían según los episodios de la vida, pero lo primordial es que quiero seguir creciendo como artista, probar cosas nuevas, descubrir nuevos repertorio y, ante todo, seguir emocionándome con la música como el primer día.

¿Qué pediría que se hiciera en Extremadura para que jóvenes como usted no tuvieran que marcharse?
En el aspecto musical, desde que comencé en los 90, ha dado un giro brutal y muy positivo. Hoy en Extremadura se forman grandísimos músicos, la divulgación de la música entre todos los públicos es cada vez mayor, se ha ampliado la oferta musical…, pero en el ámbito de la música clásica es difícil vivir. En mi parcela musical en concreto, propondría que se multiplicaran los conciertos sinfónico-corales que la Orquesta de Extremadura realiza a lo largo de la temporada. Yo empecé en el Coro de Extremadura y fue una gran formación para mí; y quizá haga falta ese pequeño trampolín, llevar a más público la música sinfónico-coral.

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