ojo-en-desagüe-en-psicosis

Pantalla /
EDUARDO VILLANUEVA

Se cumplen 55 años de una película seminal del género de terror, que supuso un punto de inflexión entre el cine clásico de Hollywood y el cine moderno. “Psicosis” de Alfred Hitchcock tuvo (y sigue teniendo) un influjo tan potente, que incluso si no has visto la película con toda seguridad has sido expuesto a su influencia en algún momento.

Arrebatos de violencia y provocadora sexualidad y eliminar a la protagonista principal (en aquella época Janet Leigh era una estrella internacional) a los 40 minutos de metraje, supusieron un auténtico shock para un espectador que todavía no estaba acostumbrado al frenesí audiovisual que consumismo desde hace tiempo.

El resultado: un éxito de taquilla brutal, para una cinta de modesto presupuesto. El sexo y la violencia se convirtieron en un potencial mainstream para apelar al box office y a la audiencia en las décadas venideras.

“Psycho” alberga los 45 segundos más famosos de la historia del cine: los del asesinato en la ducha. En glorioso blanco y negro, porque la escena de la ducha en colores en 1960 hubiera sido muy difícil de digerir para el gran público y para la MPAA (léase censura).

Cambiar el punto de vista, a mitad de la película, hacia el personaje de Norman Bates es otra audacia narrativa que hay que alabar en la filmografía de Hitchcock. Que el público sintiese simpatía por un asesino en serie puede ser normal en los tiempos modernos de productos como “El silencio de los corderos” y “Dexter”, pero en aquella época, el espectador no estaba acostumbrado a ese nivel de vouyerismo extremo, aliñado con potentes recursos de montaje, como los encadenados con raccord.

Y además de todo este arte audiovisual, “Psycho” trasciende las décadas y se eleva al Olimpo de las obras maestras, gracias a algunos aspectos que agrandan su leyenda y configuran la cara B de la película.

  1. La película está basada en la novela de Robert Bloch, que a su vez está inspirada en Ed Gein, un asesino en serie que se hizo famoso en 1950, en Wisconsin. Este personaje inspiró también otras películas de terror como “La matanza de Texas” y “El silencio de los corderos”.
  2. Según la leyenda Hitchcock intentó comprar todas las copias disponibles de la novela de Bloch para preservar el secretismo de su película.
  3. El asesinato de la ducha es una de las secuencias que más costó montar, ya que necesitó muchos procesos de edición. La escena en sí contiene como mínimo 70 ediciones en sólo 45 segundos.
  4. El grito de Leigh en la película fue real. Hitchcock quería que fuese totalmente creíble, por lo que cambió la temperatura del agua y roció a la actriz con agua helada.
Artículo anteriorTrabajo, quiero trabajo…
Artículo siguienteCuando se pierden los dientes de leche

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí