La concesión de un premio motiva esta entrevista, pero en general ¿qué opina de los premios?
Como casi todas las cosas, tienen su parte buena y su parte mala. Es positivo que se reconozca el trabajo de quienes se esfuerzan y que haya espacios para mostrarlo, pero creo que están proliferando concursos basados sólo en la ambición de ganar. Los promotores lo saben, lo fomentan, y se están convirtiendo en un negocio lucrativo, siendo cada vez más los que cobran a los participante un precio que no tiene nada de simbólico por presentar sus trabajos.

¿Se les da demasiada importancia?
Pienso que sí, que es algo que pasa en esta profesión, y en todas. Es increíble como una buena foto o un buen reportaje son valorados, en muchas ocasiones, sólo por los reconocimientos y premios, y como estos hacen que tengan mucha más difusión y que sus autores tengan más posibilidades de venderlos o conseguir encargos o trabajos. Tendría que haber mejores condiciones de trabajo y menos concursos.

En el caso del Premio AVUELAPLUMA, ¿qué supone para usted?
Cuando me escribieron para decirme que me habían concedido el Premio AVUELAPLUMA me hizo mucha ilusión, sobre todo porque es un premio al que no te presentas y que te dan los compañeros de profesión. Para mí este reconocimiento es una motivación más para seguir haciendo mi trabajo.

¿Siempre quiso ser fotoperiodista o fue circunstancial?
Fue una decisión consciente. Cuando tenía 17 años formaba parte de diferentes movimientos sociales en mi ciudad, y también me gustaba hacer fotos. Después, cuando terminé el instituto y tenía que decidir que estudiar, pensé en algo que me permitiese seguir estando en las calles y ganarme un mínimo sueldo para poder vivir. Y la fotografía era, y es, la herramienta para hacerlo.

Para ser un buen fotógrafo de prensa, ¿qué se necesita?
Ser un buen fotógrafo de prensa no es nada fácil, al igual que no lo es ser un buen profesor, médico, jardinero, bombero… Creo que como en cualquier otra profesión te tiene que gustar tu trabajo, dedicarle tiempo y esfuerzo, aprender junto a tus compañeros, leer e intentar ser humilde… Todos somos importantes pero nadie es imprescindible.

¿Y qué ha cambiado desde sus inicios?
El mundo no para, y las cosas van cambiando, a veces parece que mucho y otras parece que nada. Creo que ahora hay mas precariedad laboral, más medios de comunicación, pero con muchas peores condiciones. También hay más gente que se dedica a esto o, al menos, lo intenta.

Por su trayectoria se aprecia su gran interés por los temas sociales, polémicos…
Sí, para mi la fotografía es una herramienta. Siempre que puedo intento mostrar diferentes realidades sobre la vulneración de derechos humanos, o sobre la lucha de la gente que denuncia estas situaciones. Es mi forma de participar en la sociedad.

¿Fue ese interés lo que le llevó a hacer la serie sobre víctimas de desahucios por la que ganó el Premio Internacional de Fotografía Humanitaria de Médicos del Mundo?
Exactamente. Me gusta hacer reportajes de realidades lejanas y cercanas. Los desahucios eran y son una de las consecuencias mas visibles de las injusticias sociales de los últimos años en España, y desde que el 15 de junio de 2011 estuve fotografiando el primer desahucio que se consiguió parar en Madrid gracias a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y al Movimiento 15M, pensé que era un tema fundamental que tenía que seguir. Y a día de hoy, cuando puedo, sigo yendo a algún desahucio. El último fue el pasado 24 de abril.  

¿Qué opina de que pueda detenerse a un periodista por hacer su trabajo?
Creo que no debería suceder. El trabajo de los periodistas es fundamental en cualquier democracia, y el control y la detención de periodistas dice mucho sobre la libertad que existe en los países donde pasa. Dicho esto, no podemos olvidar que los medios de comunicación tienen gran poder de influencia en las sociedades y que, habitualmente, cada medio tiene una línea política concreta. En muchas ocasiones los medios se pervierten y se convierten simplemente en grupos de presión en favor de determinados intereses, ideas y/o partidos. Hay que tener todo esto en cuenta a la hora de analizar lo que pueda suceder en cualquier lugar.

¿Algún proyecto inmediato?
Mi proyecto más inmediato es vivir. Intentar encontrar un equilibrio entre el trabajo necesario para pagar las facturas y el que realizo por convicción personal; procurar ver mas a mis familiares y amigos; y hacer cosas en las que creo de verdad, como seguir contando historias relacionadas con las migraciones.

¿Y un deseo para la profesión…?
Que nuestro trabajo sirva para construir entre todos un mundo mejor, y que deje de estar exclusivamente al servicio de intereses económicos y políticos.

Artículo anteriorDiego Doncel: “Hay demasiada desesperanza, pero el mundo de hoy es apasionante”
Artículo siguienteEdu Galán y Darío Adanti (Revista Mongolia): “La sátira y el periodismo libre son los dos signos más claros de la libertad de expresión”

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí