Extremadura vuelve a ser socialista cuatro años después. El PSOE ha sido la fuerza más votada, con 30 escaños de los 65 de la Asamblea extremeña en las elecciones autonómicas y municipales celebradas este domingo. El Partido Popular ha quedado por detrás con 28 diputados. Podemos irrumpe como tercer partido con seis escaños y Ciudadanos, con uno, también entra como nueva fuerza. Izquierda Unida, que con su abstención permitió a los populares gobernar esta última legislatura, desaparece del arco político extremeño.
De esta forma, Guillermo Fernández Vara reconquista para el PSOE la región extremeña tras cuatro años del gobierno del Partido Popular. El candidato socialista y ex presidente extremeño repite los mismos escaños en 2011 y se queda a 3 de la mayoría absoluta, pero ahora es el primer partido y podrá gobernar en solitario o en un gobierno de coalición con Podemos.
Castigo para PP e IU
El candidato del PP, José Antonio Monago, ha pasado de 32 diputados a 28 pese a su mediática campaña. En rueda de prensa y rodeado por los que habían sido consejeros de su ejecutivo, así como por personal de confianza, asesores y otros militantes y simpatizantes del partido, Monago ha señalado que a su juicio el PP ha hecho «todo lo posible» en Extremadura y ha trabajado «lo mejor» que ha «sabido», tras lo cual se ha mostrado «tremendamente agradecido» al pueblo extremeño por haber «confiado» en su partido en los comicios de 2011 y también, al mismo tiempo, con los ciudadanos que lo han seguido haciendo en las elecciones de este domingo.
Izquierda Unida, la formación que permitió gobernar al PP los últimos cuatro años, ha sido duramente castigada por los extremeños. El partido de Pedro Escobar pierde los tres escaños que tenía y desaparece de la Asamblea.
Podemos y Ciudadanos, nuevas fuerzas
Su derrota contrasta con el éxito cosechado por Podemos. En sus primeras elecciones autonómicas el partido ha convertido en la tercera fuerza en Extremadura. Ahora tendrá que decidir si gobernará en coalición con el PSOE o le dará apoyos puntuales.la formación liderada por Álvaro Jaén ha sacado un gran resultado. Ciudadanos, por su parte, también entra en la Asamblea con un solo diputado, muy por debajo de las expectativas que había generado el partido de Albert Rivera en Extremadura.
El PP ha perdido la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Cáceres, donde tenía 16 concejales y se ha quedado con 11, por lo que serán necesarios pactos o acuerdos puntuales para gobernar en el consistorio y por eso la alcaldesa en funciones, Elena Nevado, habla ya de «diálogo» porque «se abre un tiempo nuevo», ha dicho.
Aunque el PP ha sido la fuerza más votada, seguida del PSOE que ha conseguido ocho concejales, uno más que en 2011, la irrupción de Ciudadanos (C’s), con cuatro ediles, y de CáceresTú (Podemos), con dos concejales, ha cambiado el mapa político en la capital cacereña.
Nevado asegura que «está dispuesta a liderar el diálogo» y a «sentarse con el resto de fuerzas políticas» porque «Cáceres necesita un gobierno estable y una mayoría que saque adelante la ciudad».
El candidato socialista a la Alcaldía de Cáceres, Luis Salaya, ha señalado que “estamos dispuestos a gobernar y la ciudad ha dado un no clarísimo a Elena Nevado, con la caída más fuerte de la historia de la democracia en la ciudad para un partido que gobernaba”.
Salaya ha valorado los datos de los comicios municipales, aseverando que “la ciudad demanda cambio” y que “nuestro trabajo se ha visto recompensado con una subida importantísima, en un momento en el que es muy difícil que suban los grandes partidos”.
El candidato socialista, ha subrayado que “solo gobernaremos la ciudad si podemos garantizar una estabilidad de gobierno, como dijimos en campaña lectoral”. Salaya ha asegurado que estamos dispuestos a negociar programa y a negociar una forma de gobierno para la ciudad; sin negociar cargos”. Así, el candidato socialista ha especificado que entre los puntos irrenunciables en esas negociaciones se encuentran “todo lo que tiene que ver con las promesas realizadas a los barrios y con las mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos”.
Lo más destacado del domingo no fue la victoria de Fernández Vara, que vuelve a hacerse con la Junta de Extremadura gracias a los 30 diputados obtenidos, ni la irrupción de Podemos con 6 representantes. Quizá la sorpresa ha residido en el decepcionante resultado de Ciudadanos con un solo escaño. La marca de Rivera es muy potente, pero no así la cabeza visible de la formación en Extremadura. Todo apuntaba a un parlamento atomizado, toda vez que las encuestas —algunas se han revelado como una suerte de adivinación barata— garantizaban la presencia de las distintas fuerzas que concurrían. Pero las encuestas son solo encuestas y muchas de ellas solo han servido para tratar de influir en la decisión del electorado. La realidad ha sido bien distinta. El bipartidismo resiste con fuerza y solo ceden ante Podemos y C´s. Con los resultados en la mano podemos afirmar que las fuerzas regionalistas —Extremeños y Extremadura Unida— se han equivocado al confluir con siglas diferentes. Todo lo contrario del batacazo sufrido por Pedro Escobar, que ha visto cómo las luchas internas han acabado con las oportunidades que aún conservaba a pesar del desgaste del pacto de gobierno con Monago. Ha pasado de 3 diputados a desaparecer de la cámara. En Cáceres —por separado— ni Izquierda Unida ni Coalición por Cáceres han obtenido representación. No han llegado al 5%. Si hubieran aunado candidaturas se hubieran acercado a los resultados de Ciudadanos con 4 concejales. Esto mismo le ha pasado factura a nivel regional. ¿Por qué ha perdido Monago las elecciones? Por dos motivos fundamentales: primero, porque la campaña era tremendamente soberbia sin reparar en las equivocaciones que ha tenido durante este mandato, y segundo y fundamental, que la marca PP ha sido demasiado intensa como para perderla de vista tan fácilmente. La campaña ha sido inteligente, pero tenía demasiados frentes abiertos y muchos candidatos tratando de recoger votos en su campo ideológico. Esto, sumado a la desafección con su electorado, parecen haber sido los factores definitivos de su retroceso. Conrado Gómez /
Las elecciones del pasado domingo han dejado un nuevo mapa político en el Ayuntamiento de Cáceres. Contra todo pronóstico Elena Nevado no ha revalidado su mayoría absoluta y ha perdido la friolera de 12 mil votos en cuatro años. Está claro, el Partido Popular ha ganado, pero a toca sentarse a negociar y pactar para poder gobernar. Habrá que ver la cintura política de Elena Nevado y su capacidad para llegar a acuerdos.
La opción más lógica para que ese pacto se lleve a cabo parece que es Ciudadanos, que ha irrumpido con fuerza en el ayuntamiento con 4 concejales y más de siete mil votos. La candidatura de Cayetano Polo tiene ante sí un gran reto y una gran responsabilidad, ya que en el reside la llave de la gobernabilidad. Un gran reto para la formación de Albert Rivera.
Por otro lado, y aunque sólo tenga 8 concejales, se puede decir que el gran ganador de la noche ha sido Luis Salaya. El candidato socialista partía a priori con un resultado mucho peor, y ha acabado con un concejal más que en 2011 y con 1.500 votos más. Toda una sorpresa que le permite poder formar una oposición fuerte o incluso intentar liderar un tripartito, una opción que parece lejana debido a lo errático que fue en el mandato de Carmen Heras.
Por último, el efecto Podemos no ha sido lo que se esperaba pero sus dos concejales tienen que servir para dar un soplo de aire fresco al Ayuntamiento. Consolación López tiene por delante el reto de aportar. Y por último, mención aparte para el suicidio político de Izquierda Unida y dividir su voto en dos candidaturas. Las divisiones internas del partido han pasado mucha factura.
Sergio Martínez /
S. Martínez / E. Villanueva
