Natural de Cáceres, Gema de Andrés estudió en la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de Salamanca, cursando posteriormente prácticas en el Hospital Universitario de la misma ciudad.
¿Siempre quiso ser enfermera?
Lo cierto es que siempre me atrajo la rama sanitaria, así como el trato con el paciente y las familias.
¿Por qué eligió esta profesión?
Por vocación. Aunque nadie en mi familia se dedica al ámbito de la salud, para mí esta fue una profesión que me despertó interés mientras me desarrollaba académicamente, enfocándome hacia la rama de las ciencias de la salud.
¿Cuál ha sido su trayectoria profesional como enfermera?
Mi primer contacto con la profesión de enfermera fue con pacientes geriátricos, trabajo muy complicado dada la pluripatología de estos pacientes, pero a la vez también muy satisfactorio y agradecido. Posteriormente pasé a la atención especializada, concretamente Medicina Interna, hasta que en el año 2010 entré a formar parte del equipo de la que era por entonces la Clínica Virgen de Guadalupe, y desde entonces he desempeñado en este centro del Grupo Quirón Salud mi labor como enfermera en distintas áreas, como Hospitalización, Urgencias y Quirófano.
¿Qué se necesita para ser una buena enfermera?
Para ser un buen profesional de la Enfermería hay que sentir y conocer en su amplitud qué significa: Cuidar, saber que siempre vas a anteponer el cuidar a que te cuiden. Y es que la razón de ser de la Enfermería radica en los cuidados de salud, cuidados integrales y continuos, cuidados humanos, empáticos y cercanos, cuidados con conocimiento y arte, y que se demuestran en el día a día. Para la enfermera o enfermero primero está el paciente y su confort, y hay que ser artista para saber cuidar y que el paciente sienta seguridad, cercanía, confianza, bienestar y cariño. Florence Nightingale decía: “La Enfermería es un arte, y si se pretende que sea un arte requiere una devoción tan exclusiva y una preparación tan dura”.
“La impotencia ante sobrecargas inesperadas de trabajo es lo más estresante de esta profesión”
La diferencia de status que antaño se daba entre profesionales de la Medicina y la Enfermería, ¿sigue siendo tan palpable?
Con el paso del tiempo y el trabajo en equipo la diferencia se ha visto muy reducida, pero en determinadas especialidades y áreas sigue siendo visible.
Ser enfermera de quirófano, ¿fue una decisión personal o una circunstancia laboral?
Fue una oportunidad que me dio esta empresa, la posibilidad de desarrollarme en un área que hasta ese momento era para mí desconocida.
De todas formas, ¿es la especialidad que más le gusta, o preferiría otra?
La enfermería quirúrgica es la que más me gusta, aunque la enfermería de urgencias también me ha llamado siempre mucho la atención.
¿Cómo es el día a día de una enfermera de quirófanos?
Desde que entras hasta que sales debes estar con los cinco, más el sexto, sentidos puestos en la labor que desempeñas, siempre teniendo presente la seguridad del paciente, la asepsia y antisepsia, el buen conocimiento y la destreza de las técnicas quirúrgicas…, sin olvidar el trato personalizado y los cuidados humanos y de calidad.
“Para un profesional de la Enfermería el paciente y su confort deben ser siempre lo primero”
¿Qué es lo que más le gusta y lo que menos le gusta de su trabajo?
El trabajo bien hecho y la satisfacción reconocida por el paciente es sin duda lo que más me gusta. Lo que menos, las situaciones duras que en ciertos momentos tienes que transmitir, acoger y acompañar.
¿Y lo más estresante y lo más gratificante?
Lo más estresante, la impotencia ante sobrecargas inesperadas de trabajo, a no poder abarcar todo lo que quieres. Y lo más gratificante, una buena respuesta de tu equipo en esos momentos y, ante situaciones duras, el agradecimiento de pacientes y familiares por la atención recibida.
¿Qué les recomendaría a los que dudan si estudiar o no Enfermería?
Que no duden. Es una profesión dura, pero también la más gratificante.
