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Reflexiones de un tenor /
ALONSO TORRES

El peso específico (o atómico) de España (¡Egg-pàña!) es de cero patatero (0`0), ¿no lo sabían? Supongo que sí, incluso los votantes del pepé deben saberlo, esos buenos votantes del pepé (no estoy de coña) que con sus banderas al viento en camisas, pulseras, calzoncillos, colgantes, polos, preservativos, chaquetas, calcetines, correas para perros y pegatinas (para coches) no se han llevado, como sus patrióticos líderes (el dinero, para los “dirigentes”, no tiene color) la pasta gansa a Suiza (me contaba mi abuela Gene que cierta familia catalana, para la que trabajó como “nursè” –la contrataron porque ella no hablaba catalán, y por aquellas fechas, tenebrosos años 40, era muy “chic” parlar castellano en Barcelona, en más de una ocasión le propusieron llevar divisas sin declarar a la banca helvética. Nunca lo hizo, era pobre, sí, pero muy honrada, je, je), digo, que el peso de España en el concierto internacional es una merde (“mierda” en francés, ¡¡¡Viva la Vª República!!!), ¿por qué?

¿Quiénes se han reunido con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Minsk, para parar una maldita guerra que se desarrolla en Europa (el cabrón del Obama, premio Nobel de la Paz -qué insulto para Desmond Tutú y Nelson Mandela-, lo que quería era mandar más madera, más armamento a Ucrania)? Se han reunido los dirigentes de Francia y Alemania, Hollande y Merkel (y esta, con el tema de la deuda para con Europa de los países mediterráneos, no es que me caiga de lo mejor de lo mejor). ¿Por qué si vamos tan bien, si nos quieren tanto por nuestra (será suya) recuperación (macroeconómica, porque la de andar por casa…), si asistimos a los ochotes de los poderosos, si tenemos banquillo en las reuniones de los “ges”, por qué no nos han llamado para que seamos si no artífices, sí observadores de tan importante mesa de negociación? Porque somos unos mindundis, porque tenemos desmantelao el país, porque estamos (des)gobernados por una pandilla de inútiles e inútilas, y porque no somos creíbles como interlocutores (el gobierno hasta arriba de todo, la oposición de sainete, y tod@s robando) para nada, ni tan siquiera para organizar un máster en plastilina en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (puagg).

Y ahora, la guerra: a Rusia le viene estupendamente bien que haya estados del este europeo que se desmigajen y desangren (siempre me impactan horrorosamente las imágenes de ancian@s llorando por sus familiares muertos; un padre nunca debiera enterrar a su hijo), pero hay que recordar que hubo un golpe de estado (¿recuerdan la Plaza Maidán de Kiev?) en Ucrania, apoyado por la comunidad internacional, en la que se quitó del poder a los prorrusos, que lo detentaban entonces. De aquellos polvos, estos espantosos lodos. <<La peor de las pestes: el nacionalismo… guerras sin declaración de guerra, campos de concentración, torturas, saqueos indiscriminados y bombardeos de ciudades indefensas>>, esto lo escribió un ciudadano europeo, un habitante del mundo de ayer, Stefan Zweig, en 1942, justo antes de suicidarse en Petrópolis, Brasil. Nada nuevo bajo el sol.

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