Elea Kaptain (izda.) junto a su entrevistadora Meredith M. Ashton (centro)

¿De dónde es? y ¿cuándo llegó a España?
Soy de Iowa, en los Estados Unidos. Llegué a España el 10
de septiembre, después de cinco semanas viajando por Europa.

¿Por qué decidió estudiar en España?
Porque siempre me ha gustado la lengua española, y porque en Iowa conozco mucha gente que habla español. Además, tengo ganas de trabajar con estudiantes hispanoamericanos que no saben inglés, y para comunicarme con ellos es bueno saber español.

¿Cuál era su opinión sobre España antes de su llegada?
La verdad es que antes de venir no había escuchado mucho de España. Había pasado un año en la Republicana Dominicana y México, donde conocí muy bien la cultura de Latinoamérica, pero no conocía mucho de España.

¿Y ahora?
Había oído que aquí la vida es muy relajada, y no me ha sorprendió, porque he visto que es verdad. La gente aquí da mucho valor a la comunicación y la comunidad, más que a la productividad o el trabajo.

“Me gustan las noches en la Plaza Mayor, con gente de todas las edades

¿Qué similitudes y diferencias hay entre su Universidad y la de Extremadura?
Es todo muy diferente, sobre todo que no vivimos cerca de la Universidad. En Iowa yo vivo muy cerca, a unos 15 minutos caminando, y aquí tengo que caminar esos 15 minutos solo hasta la parada del autobús, y después viajar en el bus unos 20 minutos más. Y también que la cultura del Campus es muy diferente. Me sorprende que el campus es solo para las clases, nadie vive ni hace sus tareas en el Campus.

Y de Cáceres, ¿qué opina? ¿Qué es lo que más le gusta y lo que menos?
Que es un lugar muy tranquilo, eso me encanta. Nunca he sentido que no estoy segura, y camino sola por la noche sin ningún problema. También aprecio mucho que la gente, en general, es muy amable. Es una ciudad de compartir y comunicar, muy acogedora, aunque a veces hay cierta falta de organización, pero eso no es un problema importante.

¿Qué es lo que más le ha sorprendió de la vida en Cáceres?
Lo diferente que son los horarios. Había oído hablar de la siesta, pero nunca la había imaginado. Aquí tienes mañanas muy largas, comidas intensas y después, en casa, una descansa de verdad. Son diferentes incluso con Latinoamérica, donde hay un tiempo para comer al mediodía, pero no es tan largo como aquí.

¿Y lo más difícil de su vida aquí?
Que no conozco la ciudad ni a mucha gente, y todavía me siento extranjera. Somos de un programa un poco aislado y eso nos hace difícil conocer a españoles. Yo quiero conocer estudiantes españoles, pero esto es muy difícil cuando tengo las clases solo con los americanos.

¿Cuál es tu imagen favorita de esta ciudad?
Me gusta mucho la de la noche, cuando sales por la Plaza Mayor y hay gente por todas partes; es algo que me gusta y me alegra mucho, algo que en los Estados Unidos no es normal. Y es que, además, no son solo estudiantes, jóvenes, es todo el mundo, personas mayores, padres, niños… caminando y compartiendo en un lugar así.

¿Qué ha aprendido en España y qué le gustaría llevarse cuando regrese a su país?
Me gusta mucho su manera de pensar en la vida. Por mi experiencia hablando con la gente española me he dado cuenta de que no se presta mucha atención al pasado, a cargar con preocupaciones o problemas, aunque tampoco son indiferentes. Se centran en lo que tienen que hacer hoy, en la gente de su comunidad, en su familia…, y aprovechan cada momento.

Meredith M. Ashton

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