Magical_Girl-Carlos_Vermut-02

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EMILIO LUNA

Crítica a Magical Girl (Carlos Vermut, 2014) desde San Sebastián

Los pases de prensa de hace un par de semanas sobreavisaron. Estábamos ante una de las películas del año. Toronto, dentro de su clásica desfocalización, dejó más notas positivas y, finalmente, en San Sebastián llegó la hora de Carlos Vermut y su Magical Girl. Y la valoración final alcanza el sobresaliente. Lo consigue de inmediato.

El director madrileño emula a Alfred Borden (Christian Bale en El truco final de Christopher Nolan) y nos susurra al oído: quiero que estés atento (Are you watching closely?). Una primera escena, absolutamente magistral, que pone en marcha una maquinaria articulada bajo un guion de nivel superlativo. Donde los nexos son sutiles y los personajes tan enigmáticos como magnéticos. Todo mostrado sin concesiones, donde de la ternura al miedo hay solo un paso, igual que del amor al odio. Bárbara Lennie, Lucía Pollán (cuya interpretación hace honor al título) y Luis Bermejo, bordan unos roles que sirven de presentación para la traca final, el prestigio.

El mago, de apellido Sacristán, con un carácter que recuerda levemente al perfilado por John Ajvide Lindqvist en su novela Déjame entrar (Låt den rätte komma in, 2004) para Hakan, el guardián de ese joven vampiro llamado Eli, a base de un tono de voz imponente, provoca todas las sensaciones descritas anteriormente a golpe de presencia. Tras visionar Magical Girl, aguardan un sinfín de preguntas que hacerse. Ése el último gran mérito de un filme maravilloso, con una de las mejores direcciones de la última década en el cine español. Sólo queda aplaudir.

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