Publicado por Iberdrola, el Ayuntamiento de Cáceres e investigadores participantes en las Jornadas V Centenario del fallecimiento del monarca.

‘Fernando el católico, rey’, un libro en el que se destaca la relación de este monarca con la historia de Extremadura, ha visto la luz. Se trata de una obra que recopila las ponencias y conferencias que diferentes historiadores impartieron en las Jornadas V Centenario del fallecimiento de Fernando el Católico, desarrolladas hace un año en los municipios de Guadalupe, Trujillo y Madrigalejo, y que ahora se publica a través de Iberdrola, propietaria desde 1982 de la casa de Santa María de Madrigalejo, lugar donde falleció este rey, y con la colaboración del Ayuntamiento de Cáceres y los investigadores que participaron en dichas jornadas.

Editado por Antonio-Miguel Bernal, catedrático de la Universidad de Sevilla, además de Premio Nacional de Historia, director de las Jornadas y autor del libro, éste lo integran ocho capítulos en los que varios investigadores, de la Universidad de Extremadura (UEx) y foráneos, se centran en la figura de Fernando el Católico así como también en aspectos que pudieron determinar la historia de Extremadura, como por ejemplo la firma de su testamento. “No solo cubre la figura del rey, sino que es una aportación importante de lo que era Extremadura en su época”, detallaba Bernal en el reciente acto de presentación celebrado en Cáceres.

De este modo, en el libro se recogen temas como el testamento del rey, firmado en 1516 en Madrigalejo; u otros como ‘Extremadura y los comienzos de la política poblacional en la América española (1493-1550)’; o ‘Fernando el Católico, La Mesta y Extremadura’, un capítulo este último del catedrático de la UEx Miguel Ángel Melón “en el que se hace hincapié en la importancia que tiene La Mesta, y todo lo que se legisla en La Mesta, que condiciona después la historia de Extremadura”, haría constar el propio autor.

Melón destacaba que a partir de toda la legislación que desarrolla Fernando el Católico “se condiciona enormemente el desarrollo de Extremadura, porque crea una serie de leyes que impiden que se disponga de la tierra como los propietarios libremente quisieran hacerlo”, haciendo alusión a la Ley de Derecho de Posesión que se regula en 1511 y que impedía que se hiciera uso de las dehesas para otra cosa que no fueran los pastos.

En otro orden de cosas, el alcalde de Madrigalejo, Sergio Rey, indicaba en el acto de presentación de este libro que pese a haber finalizado el año de la conmemoración del V Centenario del fallecimiento de Fernando el Católico, “nosotros vamos a seguir reivindicando” la historia de Madrigalejo y de Extremadura.

Y la vicerrectora de Extensión Universitaria, María Isabel López, recalcaba por su parte la utilidad que tienen las carreras de Ciencias Sociales y Humanidades, así como la envergadura que tiene reflexionar sobre nuestra historia, y sobre los personajes que han formado parte de la identidad de la región. Exponía al respecto la consideración de que “si no existe esta reflexión, se pierde la identidad”, pues según          concluyó “nosotros no somos un momento en el hoy, sino que somos el resultado de una identidad que se ha ido forjando durante muchos siglos».

En la presentación del libro ‘Fernando el católico, rey’ estuvieron también presentes el teniente de alcalde y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cáceres, Laureano León; el delegado de Iberdrola en Extremadura, David Martín; y el notario e investigador del testamento del monarca, Alberto Sáenz de Santamaría.

Una restauración histórica

Iberdrola adquirió en 1982, en el municipio de Madrigalejo, la Casa de Santa María, última morada de Fernando El Católico, que se encontraba en estado ruinoso. Tras llevar a cabo un proyecto de restauración en 1984, la casa, que en 1980 se declaró Monumento Histórico Nacional, “se encuentra en perfecto estado y abierta al público”.

Este lugar tiene una notable relevancia histórica ya que el monarca, que se dirigía al monasterio de Guadalupe para participar en el capítulo de las Órdenes Militares de Alcántara y Calatrava, recaló en esta residencia y, dado que se encontraba muy enfermo, decidió redactar su testamento, por el que la Corona Aragonesa y todas sus posesiones fueron heredadas por su nieto Carlos I de Austria, con lo que se forjó la España que conocemos hoy en día.

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