concesionario

Dudas de papel /
Goyo Tovar

Y entonces me decido y me presento en un concesionario, que es el lugar donde conceden coches a cambio de dinero; y me pregunta el que allí está y le digo que busco un coche pequeñito, como de buena ocasión, que no valga muy caro y que tenga las comodidades propias del mundo moderno y que sea nuevo o casi nuevo. Entonces marcamos la atención en un cochecito verde que presente líneas atractivas, brillo espléndido y ruedas de negrísimo caucho. ¿Y cuánto vale? –le pregunto.

Le pregunto que cuánto vale y me dice que ahora la empresa tiene una línea de financiación muy interesante para pagar los 12.800 Euros que cuesta el vehículo. Vale, le digo que vale y que cuánto valdría si lo pago al contado, que mi suegro me decía que pagando las cosas al tin-tan, salen más baratas y los vendedores te tratan mejor y sonríen durante todo el tiempo porque tienen la pasta asegurada. Y entonces me vuelve a decir que ahora las cosas son de esta manera; que además, si quiero, dentro de un año cancelo la mitad del préstamo y tan solo he de pagar un 1% en concepto de no sé qué, o sea, poco más de 60 Euros y que, después cómodamente puedo seguir pagando el resto en cómodos plazos hasta terminar la comodidad.

Yo no quiero aparentar ignorancia ni tampoco descomponer la figura vendedora con mi reiterada duda, que para mis simples adentros se solventaría si me dijese cuánto dinero en efectivo quiere el señor para que yo me pueda llevar el coche. Y así trato de presentarle mi interés de diferenciadas y rebuscadas formas y me seguía respondiendo con semejantes propuestas. Ninguno de los dos parecíamos comprendernos por eso que creer que deberíamos guardar las formas: él habilitándome consejos variados para financiar el importe de la compra y yo tratando de conocer el precio de la venta al contado.

Con el mayestático “bueno, lo pensaremos” me despedí sin valentía suficiente para seguir indagando sobre qué entidad bancaria o financiera promueve tan machacona propuesta, que si habría comisión al medio, que por qué ahora es más interesante firmar un acuerdo financiero, …

Así que me pasa poco menos que a Grecia, que para hacer frente a las condiciones de lo que debe pagar, desvía el desacuerdo a un referéndum que molesta a la entidad financiera. Llegué a casa y dijimos no.

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