Dudas de papel /
GOYO TOVAR

El diccionario de nuestra RAE no nos sirve para las cosas de palacio; si uno utiliza el libro gordo para auscultar el sentido y significado de la famosa pareja “Renta Básica” podrá concluir que son como los intereses esenciales que, como mínimo, produce el capital que dispone una familia o persona. Pero el marasmo ideológico que fomenta el deseo vano que querer remendar con la sucia Política los problemas de la Polis, hace que las cuestiones relacionadas con la pobreza caigan en el pozo de la caridad en lugar de flotar en el mar de la Justicia. Dicen los que aún siguen estudiando y comparando, que nuestra España va la segunda en eso de la carrera europea por la pobreza infantil. Cosas de niños.

La Renta Básica se define como el derecho de todo ciudadano y residente acreditado a percibir una cantidad periódica que cubra las necesidades vitales sin que por ello el estado pueda exigirle contraprestación alguna, y cuando es aplicada en forma de ayudas a sectores concretos de la sociedad, se inscribe dentro de los mecanismos de redistribución de la renta encaminados a la eliminación de la pobreza. Digamos que la Renta Básica es el ejercicio primero de aquello que se llamó Redistribución de la Renta y que en nuestros tiempos goza del suficiente desprestigio.

La Renta Básica es el ejercicio primero de aquello que se llamó Redistribución de la Renta

La idea es en verdad más compleja, pero algunos números quizá nos aproximen: en nuestros días, unos 70.000 extremeños viven sin ningún tipo de ayuda o prestación social y únicamente unas 200 familias perciben la renta básica. Ya en los presupuestos extremeños del año pasado, 2013, se diseñaron y previeron trece millones de euros para sofocar las necesidades más urgentes. Hasta la fecha de este año, no se ha ejecutado ninguna cantidad por tal concepto.

Esta situación de falta de respuesta ante este escándalo, ocasiona las artificiales discrepancias entre las distintas debilidades políticas; los responsables y obligados a cumplir con los presupuestos defendidos y aprobados con sus votos, ahora argumentan que son los otros políticos contrarios los que utilizan a las familias necesitadas “por un puñados de votos”.

Y ésta es mi angustiosa incertidumbre, si ese puñado de trece millones de euros forma parte del bote de este año, o también lo de este año se acumula al bote siguiente.

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