El peaje de la crisis.

Ahora que nuestro gobierno empieza hablar de economía controlada, déficit estable, posibilidad de crecimiento, en definitiva, de una posible salida a la crisis, es momento de analizar cuál es el peaje que estamos pagando los ciudadanos tras estos cinco años de retroceso económico.

Aunque muchos de los recortes que se han aplicado estos años se han hecho bajo el paraguas y la promesa de que cuando vuelvan los tiempos de bonanza se recuperarán, es iluso pensar que puedan volver algunos derechos que los ciudadanos han perdido en este tiempo. Nuestros representantes públicos han iniciado un camino para convertir al ciudadano  en consumidor que va a dejar al estado del bienestar muy lejos de lo que un día fue. Una persona tendrá más derechos en función de si puede pagarlos o no.

En España hemos apostado por una reforma laboral como salida a la crisis que ha triunfado en sus propósitos. Abaratar el despido y conseguir que se genere empleo gracias a unos costes laborales más bajos. Teníamos dos opciones: o apostar por la tecnología y la investigación para crear un mercado de trabajo con más valor añadido, o bajar los salarios para poder competir con en costes de productividad con países que no respetan unos mínimos derechos laborales. La consecuencia es una caída de los salarios. En Extremadura, las cifras lo demuestran, la mitad de los trabajadores de esta región son mileuristas.

Hemos visto como hemos empezado a pagar por servicios que antes no lo hacíamos como la sanidad: el copago farmacéutico ya está instalado y pronto entrará en vigor un copago farmacéutico hospitalario. El servicio de una sanidad  gratuita y universal como estaba entendido en nuestro estado en el bienestar quedará seguramente en el olvido.

La educación, ese derecho esencial tan manoseado ley tras ley por nuestros representantes públicos, también ha quedado cercenado. La subida de las tasas universitarias y el recorte de las becas ha provocado que en este país no esté alcance de cualquier ciudadano poder tener un título universitario. Es decir, cuanto mayor sea tu renta, mayor capacidad tendrás para llegar a la universidad.

La próxima reforma de las pensiones dejará también tocado a uno de los sectores más débiles en situaciones no subirá como hasta ahora según el IPC, sino que sino con una nueva fórmula de revalorización que tiene en cuenta los ingresos y gastos del sistema y que provocará en muchos casos un descenso en las prestaciones.

Además nuevas leyes como la de seguridad ciudadana limitan el derecho de expresión o manifestación del ciudadano, o por no hablar de la nueva ley de seguridad privada que sitúa en una peligrosa linde el monopolio de la violencia que en una democracia tienen que tener los cuerpos de seguridad del estado. Esperemos que no nos convirtamos en un estado fallido y para estar seguros debamos contratar nuestra propia vigilancia.

Sin duda, el peaje de la crisis para el ciudadano es más duro de lo que a veces se piensa.

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