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Estudió Medicina en la Universidad de Extremadura y se especializó en Neumología en el Hospital San Pedro de Alcántara, en Cáceres. Realizó rotaciones de broncoscopia en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Experta en Tabaquismo.

¿Cuándo se podría considerar a un paciente como ex fumador?

No podemos considerar a una persona ex fumadora hasta que no han pasado seis meses desde que fumara el último cigarrillo. Aunque, en realidad, un fumador lo es durante toda la vida. Es complicado alcanzar esa meta, pero para eso tenemos una consulta específica de tabaquismo, para recibir ayuda especializada; que será personalizada en cada paciente.

Si fuman y no quieren dejarlo hay que realizar una intervención básica para ayudarles. Para romper el lazo que hay con el tabaco, desde el punto de vista de la dependencia puramente física, pero también hay que tratar el hábito que crea el tabaco, ofreciendo pautas a los pacientes para que eviten situaciones en las que es más fácil fumar, y que están relacionadas con hábitos sociales, como tomar un café o salir de fiesta.

¿Y la recaída?

Es habitual que un paciente recaiga en el tabaquismo. Los motivos de recaída puede ser de gran importancia para programar un plan terapéutico con mayores probabilidades de éxito, por eso es imprescindible escuchar al paciente.

¿Cómo es ese tratamiento especializado? Y ¿cuáles son las principales motivaciones por las que un paciente acude a su consulta?

Para dejar de fumar es primordial que el paciente tenga la intención. Hay que hacer una historia detallada del paciente e incidir en cuáles son los hábitos tabáquicos que tiene, para conocer el grado de tabaquismo que presenta.

Cuando un paciente acude a mi consulta para dejar de fumar lo hace principalmente por salud. Pero lo más normal es que una persona se dé cuenta de su grado de adicción cuando ya no puede controlarla. Es el tabaco el que controla sus impulsos. También influye el hecho de tener hijos y no querer inculcar un mal hábito en los más pequeños y, por supuesto, el tema económico. La mayoría de los pacientes que vienen a la consulta son jóvenes. De una media de 40 años. Y más mujeres que hombres.

¿Cuáles son los procedimientos?

Siempre se realiza una radiografía de tórax y se les hace una espirometría, que es una prueba que permite conocer el estado de los pulmones de una persona midiendo el aire que es capaz de inspirar y espirar.

Otra prueba es la cooximetría, una buena forma de alentar a los pacientes que están en ese proceso de dejar el tabaco. La cooximetría es una exploración que nos permite conocer la cantidad de monóxido de carbono que un sujeto tiene en el aire que espira. A medida que va pasando el tiempo en que se abandona el tabaco, esa cantidad disminuye.

La motivación para el abandono del tabaquismo es muy importante. Para saber si un paciente está motivado y si tiene un serio intento de abandonar el tabaco, basta con preguntárselo. En una primera consulta hay que escuchar mucho al paciente.

Hay muchas herramientas para ayudar y motivar al paciente, pero lo fundamental es que quiera dejarlo.

Con esas tres pruebas, observando su función pulmonar, si están sanos (no tiene EPOC, ni obstrucción), pues se realiza una primera intervención. Cualquier tipo de intervención terapéutica sobre el tabaquismo es eficaz, ahora bien, pero si se adecua a las características individuales de cada fumador, su eficacia y eficiencia aumentan.

¿Qué opciones terapéuticas se le plantean a un fumador?

Actualmente, hay tres líneas de tratamiento: la terapia sustitutiva con nicotina, el bupropion y la vareniclina.

La terapia sustitutiva con nicotina serían los parches y chicles con nicotina para el fumador. El bupropion es un medicamento que aumenta la dopamina y noradrenalina, y bloquea los receptores nicotínicos.

La vareniclina (conocido también como champix) es un nuevo medicamento que tiene una doble acción: que disminuyan las ganas de fumar del paciente, así como que disminuya la recompensa positiva que se genera cuando un fumador se enciende un cigarrillo.

¿Y estos fármacos ayudan a reducir el nivel de ansiedad?

Los fármacos ayudan a disminuir la ansiedad, pero aquí también influye y tael consejo médico.

En el caso de la vareniclina actúa manteniendo un nivel de dopamina suficiente como para reducir el síndrome de abstinencia, al dejar el tabaco y disminuir también el placer relacionado con el cigarrillo.

¿Cómo está el tema de los cigarrillos electrónicos? ¿Sigue sin conocerse su composición?

El cigarrillo electrónico ha sido un boom que ha caído bastante. Los pacientes que acuden a mi consulta para dejar de fumar no se plantean acudir al cigarro electrónico como sustituto. Yo desde luego no lo recomiendo como alternativa seria para dejar de fumar porque se desconoce cuál es la composición exacta del vapeo, porque no todos los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, pero sí otros componentes que irritan la vía aérea y sustancias cancerígenas, como por ejemplo las nitrosaminas. En definitiva, a día de hoy se desconoce si los cigarrillos electrónicos son tan nocivos o peor que los cigarros tradicionales.

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