POESIA

Versos del insomnio /
VÍCTOR M. JIMÉNEZ

A la hora que los velatorios
cierran sus puertas para conservar los últimos grados,
dos flechas atraviesan las avenidas
y vuelan al umbral de la sombra
de los árboles perdidos.

Grita de dolor cuando le arrancan
los dientes de leche,
pero el sabor de la sangre en la garganta
consuela las lágrimas inevitables.

Entre los pétalos de la rosa recién abierta
se extiende la mancha imborrable,
como un tatuaje temido y deseado,
mientras en los labios se condensa un racimo de besos
que solo son diferentes versiones de los mismos besos
por más que se empeñen los poetas en tallar
palabras en cristales de hielo.

 

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