Condenado en Cáceres a tres años y medio por maltratar a su mujer delante de sus hijos

Desde mi ventana
Carmen Heras

En política existen las llamadas primarias, unos las defienden como panacea democrática y de poder de las bases, mientras otros las acusan directamente de perniciosas para la unidad de la organización. Tienen pros y contras, claro, y su manejo por unos y otros enseña el perfil de los contendientes y seguidores. Para escribir un libro de milagros.

Pero hoy me interesa precisar que las primarias han existido antes de ahora, y se han hecho efectivas, o no, en razón al consenso que los interesados han conseguido a la hora de buscar “cabezas de cartel”. Tienen puntos fuertes, sin duda, porque hay más de un candidato para poder elegir; porque cualquiera de ellos han de convencer; porque todo el mundo puede votar. Lo, para mi, incongruente no son ellas en si mismas, sino la forma de reaccionar de los adversarios al ganador cuando éste gana. Porque respetar los resultados y tenerle lealtad no equivale a pasar a defender ciegamente lo que él o ella defendía, pues entonces no ha tenido sentido el enfrentársele. Amigos, juguemos a simplificar: puede que en el mundo existan sólo dos tipos de personas, las utópicas y las pragmáticas y sean las segundas las que tienen mayor número de habilidades sociales para “navegar” por la vida, con eficacia para sus propios intereses.

Escucho en la radio que la denuncia en sede judicial de un niño de 11 años contra su madre, debido a la bofetada dada por ella al menor cuando se negó a poner la mesa, ha terminado con fallo favorable a la progenitora. El caso se ha mantenido abierto durante un año y me pregunto cómo habrá sido la convivencia entre madre e hijo (los padres están separados) y cómo será a partir de ahora. También la cuestión presenta dos interpretaciones simplistas, si hay que regirse por el debate convenientemente organizado por algunos medios, sobre la autoridad. Perdida para los restos, claro.

Como hay dos provincias en Extremadura, existen los informativos regionales, al menos teóricamente. Pues bien, jugando a la simplificación, digamos que, a primeras horas del día, exponen noticias de Badajoz, quizá por ser altamente probable que Cáceres no tenga, dada la atonía en la que está sumida. Sería preciso recordar que la comunidad funciona si existe la pulsión entre las provincias y se complementan los intereses. No, al revés. Y todos somos responsables.

¿Anécdotas, señores? No lo crean. El caso es que las nuevas promociones rebobinan continuamente la historia y se retrotraen sin complejos hacia situaciones ya vividas pero que al parecer no han llegado a oídos de quienes, en alta o baja escala hoy “manejan el mundo” chico y grande de nuestros días. Los narradores nuevos, que no hacen ejercicios de repaso e investigación en lo de atrás, toman por bueno lo que “alguno de turno” manifiesta ahora, utilizando términos nuevos para definir conceptos viejos y así hacer creer a la mayoría que se ha producido una auténtica revolución. Sucede en la vida, en los negocios, en el campo educativo…Moviola, moviola. Debiéramos reflexionar.

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