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Conocí a Andrés Rico hace ya unos años. Cuando en Avuelapluma decidimos que teníamos que colaborar con UNICEF. Cada año renovamos nuestro acuerdo de colaboración y cada año dábamos juntos una rueda de prensa. Recuerdo esas ruedas de prensa como si fuera ayer. Me sorprendía mucho que Andrés se pusiera nervioso justo antes de enfrentarnos a los micrófonos de los compañeros. Detrás de esos nervios, se escondía una profunda pasión y e ilusión por el trabajo. Un sencillo acuerdo con un medio de información pequeño como el nuestro para él era un asunto mayor. Una profesionalidad y responsabilidad que nos llenaba de orgullo.

Tras dos años de colaboración publicando las campañas de UNICEF en Avuelapluma recibimos una llamada suya. Con una sonrisa que se intuía tras el teléfono, nos comunicó que UNICEF Extremadura nos concedía el Premio a la Comunicación y Cultura a favor de la infancia. Fue nuestro primer premio. Llevábamos tres años de trabajo con el periódico, pasábamos una época muy mala, la crisis arreciaba con fuerza y nuestro joven proyecto se tambaleaba. No sé qué pasó. Ese premio nos dio fuerzas y hoy seis años después seguimos dando guerra con nuestra pluma.

El día que nos entregaron el premio en el Hotel Don Manuel ha sido de los días más bonitos que me ha tocado vivir como periodista y empresario. Cuando realizas una labor como la periodística, que te den un premio lleno e impregnado con los valores de UNICEF, tu satisfacción no puede ser mayor. Así que Andrés, desde la enorme gratitud que siempre le caracterizó nos hizo disfrutar de uno de los días más bonitos que hemos vivido en Avuelapluma. Ese detalle, nunca lo olvidaremos.

El especial de infancia que hoy pueden leer, y que es un caso único en España, fue posible gracias a su trabajo y al de nuestra amiga Chele. Su propuesta hace cuatro años hace que cada 20 de noviembre Avuelapluma dedique sus páginas a la Infancia y a UNICEF. Un reto apasionante cada año que nos permite alejarnos de las rutinas políticas y centrarnos en un proyecto precioso. Escribir de infancia, derechos, educación, presente y futuro. Es un regalo que UNICEF hace cada año a Avuelapluma. Un regalo que debemos a la figura de Andrés, y al cuál, esperamos sacar una sonrisa, este lunes, leyendo estas páginas allá donde esté.

Andrés Rico y UNICEF

Para aquellos que no lo conocieran, Andrés Rico Guerra, fue un profesor cacereño delegado de UNICEF en Extremadura desde 2007 aunque inició su colaboración con la organización mucho antes, en 1979, convirtiéndose en socio y vocal del Comité de UNICEF en Extremadura en 2006, y en su presidente un año después. Era maestro industrial y perito industrial y estuvo dedicado a la docencia durante más de 47 años, siendo profesor técnico y director del Instituto de Educación Secundaria (IES) Javier García Téllez de Cáceres desde el año 2000 hasta su jubilación en 2011.

Además, fue consejero del Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Cáceres, miembro sindical de la Junta de Personal Docente y ejerció como vocal de la Comisión Ejecutiva del Triángulo Urbano Ibérico Rayano (Triurbir). También fue portavoz del Club Polideportivo Cacereño y árbitro.

Rico mantuvo una estrecha colaboración con la Administración regional en general y con la actual Consejería de Empleo, Mujer y Políticas Sociales, a través de la Dirección General de Política Social y Familia. Destacar el continuo asesoramiento que ofreció a los técnicos de la dirección general para la constitución y puesta en marcha del Observatorio Permanente de la Familia y la Infancia de Extremadura, del que formaba parte.

Pero más que cargos, Andrés fue una gran persona. Que con pequeños detalles te hacía sentir grandes sentimientos. Para Avuelapluma siempre será parte de su historia. Por darnos tanto, casi sin darse cuenta.

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