Se va un año convulso en todos los sentidos. Lo miremos por donde lo miremos. Estuvimos sin gobierno durante 315 días. Nos dio para dos elecciones y para la legislatura más corta de la historia del Parlamento. En medio del desconcierto y de los incesantes casos de corrupción, el PSOE se enfrentó a sus bases y tocó fondo con la dimisión de Sánchez. Un octubre ‘horribilis’ para ellos. El año de la vergüenza de la crisis de los refugiados, de una Europa experta en mirar para otro lado. El año del triunfo de la negación y el surrealismo. En Reino Unido triunfó el Brexit para sorpresa de todos. El compañero de piso díscolo finalmente hará las maletas y se marchará con la música a otra parte. La misma que perdimos con la muerte de Leonard Cohen, Prince o Bowie. Pero para muerte, la del comandante en jefe de la revolución cubana, Fidel Castro, que dejó a un país conmocionado y a una comunidad de expatriados festejando hasta las tantas en Miami.

El año de lo imposible, como así lo demuestra la victoria en las presidenciales de un multimillonario que quiere expulsar a los inmigrantes y habla de las mujeres con absoluto desprecio. Sí, al final ganó Donald Trump y lo que suceda de aquí en adelante será un verdadero misterio.

El terrorismo volvió a hacerse omnipresente con atentados en las principales capitales europeas, poniendo en evidencia, una vez más, que no se puede luchar contra un enemigo que no tiene rostro. En Bruselas, Orlando, Niza, Berlín… ningún lugar esta a salvo de la barbarie y la sinrazón. Como la de Colombia. 50 años de conflicto armado entre fuerzas gubernamentales y la guerrilla que han arrojado el escalofriante saldo de más de 8 millones de víctimas. El plebiscito para poner fin a tanto terror dio la victoria al ‘NO’ por apenas 43.894 votos. Y vuelta a empezar.

2016, ese año en el que deberíamos haber estado celebrando la Capitalidad Cultural Europea, ha estado marcado en nuestra ciudad por signos de evolución, pero no por un desarrollo como tal. Hemos vivido momentos ilusionantes, como los recientes rodajes que han llenado la Ciudad Monumental de movimiento. Inauguramos el párking de Primo de Rivera, una magnífica infraestructura para la ciudad, síntoma de modernidad y cambio de aires.

El 2016 se lleva por delante muchas expectativas, casi las mismas que traerá el 2017, pero lo mejor de tener todo lo bueno por delante es que mantenemos intactas las esperanzas de ver nuestra ciudad más grande, más fuerte y más orgullosa.

Feliz 2017

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