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Si te viera Schopenhauer /
SERGIO MARTÍNEZ

Si hay un festival en España al que le tengo cariño en España es el Contempopránea. He vivido grandes momentos personales y musicales durante las diez o más ediciones en las que he estado en la ladera del Castillo de la Luna de Alburquerque. Gracias al festival puedo decir que tengo en mi memoria muchos recuerdos imborrables. Desgraciadamente, estos últimos meses me da la sensación de que anda un poco a la deriva. Se ve que han escuchado mucho el disco de una de las bandas estrellas que este año seguro sonará en el festival: Vetusta Morla.

El año pasado Contempopránea, tras varios años de amagos, decidió apostar por tener dos sedes: Albuquerque y Badajoz. Estaba claro que todos los que conocemos Contempopránea entendíamos las dificultades que tenía el festival para crecer y poder competir con otros festivales del país.

La apuesta por Badajoz resultó efectiva. Se eligió un marco bonito, céntrico, acogedor, y sobre todo, muy cómodo para el público festivalero, como es la Alcazaba. De hecho, el año pasado más que los conciertos lo que al público le gustó fue la ubicación elegida. Además, Badajoz tiene suficiente alojamiento y a un precio muy competitivo, con lo que de un plumazo se eliminaba uno de los grandes debes del festival en los últimos años, la capacidad hotelera de Albuquerque.

Para la edición de este año el público daba por hecho repetir ubicación ya que el espacio puede albergar mucha más gente de la que acudió el año pasado, que se cifró en 10 mil personas entre viernes y sábado. Pero de repente, en una comunicación, que podríamos definir como errática, el propio festival ha anunciado primero, y luego puesto en duda, la decisión de hacer Contempopránea Badajoz en IFEBA. Pasando de la explanada y los jardines de una alcazaba árabe del siglo IX a un desolador parking.

La excusa, la de siempre, la necesidad de crecer. La noticia ha suscitado una respuesta en las redes sociales y el festival ha tenido que poner en duda el traslado. Además, ha asustado a su público anunciando un giro electrónico y comercial en la edición de Badajoz. Su propuesta, un día indie y otro comercial. Sinceramente, no sé qué andan preparando pero estos giros no suenan bien. Como tampoco que se desconozca el cartel cuando la mayoría de los grandes festivales del país ya han confirmado gran parte de sus carteles. Esperemos que no estén obsesionados con llegar a los diez mil espectadores por día en vez de cuidar los que ya tienen y que el festival pierda totalmente su identidad.

Mi consuelo es que la canción de Vetusta Morla acaba con un mensaje positivo: “hay esperanza en la deriva”.

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